Hizo honor a su fama de radical. Quim Torra, el hombre ungido candidato a la presidencia de la Generalitat por Carles Puigdemont, ha jalonado su discurso de frases lapidarias que podían resumirse en la siguiente máxima: república catalana versus país del pelotazo.
En la primera sesión de investidura del presidenciable de Junts per Catalunya, Torra ha perpetuado el imaginario secesionista, esto es, la existencia in pectore de una república catalana salida de las urnas del 1-O (referéndum) y 21D (elecciones autonómicas). Lo ha hecho a través de una intervención dirigida solamente a la mitad de la ciudadanía y con muchos lugares comunes del secesionismo.
Situación excepcional
"Cataluña vive en una excepcionalidad política inimaginable en ningún país europeo de nuestro entorno", ha asegurado Torra, quien añade "acepta la responsabilidad de llevar adelante esta legislatura, por la situación de provisionalidad que vive el país, que sólo puede terminarse con la libertad de los presos, el regreso de los exiliados y el reconocimiento y aceptación de la voluntad democrática de los catalanes".
Respecto a la acción de gobierno, ha apostado por "una economía productiva, de empresas que se esfuerzan para innovar, para adaptarse a las nuevas necesidades, para crecer, para conseguir talento y por internacionalizarse. La nuestra no es una economía de pelotazos ni enriquecida gracias a las influencias que le otorga el Estado". Ninguna referencia a los casos de corrupción en Cataluña.
Frente contra la represión
Preconiza Torra un nuevo Ejecutivo que prorrogará la confrontación de la anterior legislatura pues su configuración expresará "nuestra inalterada voluntad de continuar el mandato republicano recibido de la ciudadanía". ¿Consejeros exiliados y encarcelados en el nuevo Gobierno? "Restauración democrática de las instituciones catalanas, acompañada de un frente común contra la represión", afirma el candidato.
Ya en tono de arenga, Torra se ha dirigido a "todos" los catalanes para asegurar que "vuestra victoria es el fracaso de un Estado que no sólo no ha querido negociar nunca, ni siquiera reunirse para hablar; sino que ha usado la violencia contra el pueblo".
Y citas, en ocasiones forzadas, de García Márquez, Montserrat Roig, Patricia Gabancho, el cantante Txarango y Valclav Havel en un discurso donde alternó el catalán, el castellano y el inglés.