“Al gobierno de Ada Colau le sobran prejuicios y le falta ambición”. Lo dice Jaume Collboni (Barcelona, 1969), líder del PSC en el Ayuntamiento de Barcelona donde, durante 18 meses, formó coalición de gobierno con los comunes. Asegura que no se arrepiente de ello porque “fue la etapa en la que la ciudad estuvo más protegida de la inestabilidad del procés”. Collboni ha presentado su candidatura a las primarias socialistas para ser alcaldable en 2019. “Nos jugamos la ciudad en esas elecciones”, avisa.
--Pregunta. Los dos proyectos estrella de Colau, la conexión del tranvía y la multiconsulta, han fracasado. ¿Es el broche de su mala gestión o veremos nuevos fiascos?
--Respuesta. Lo que vimos en el pleno del martes es la consecuencia de trasladar la inestabilidad que provoca el independentismo a la ciudad de Barcelona. Cuando Colau rompe su coalición con nosotros y abre las compuertas del ayuntamiento a la dinámica de los grupos independentistas, hemos tenido inestabilidad, no avanza ningún proyecto sustancial en la ciudad y nos hemos instalado en el bloqueo absoluto. No se si es el broche final, pero es un episodio muy claro de la inestabilidad de la política catalana trasladada al ayuntamiento
--Pero la mayoría de sus votantes no son independentista. ¿Por qué lo ha hecho?
--Por no tener las ideas claras, por no tener un modelo de ciudad definido, por no tener liderazgo y coraje para defender su espacio político. Cuando uno no es independentista no solo lo tiene que decir, sino actuar con coherencia. Colau se ha dedicado en los últimos meses a bailarle el agua a los independentistas, haciendo las mismas declaraciones, utilizando las mismas expresiones y acudiendo a sus manifestaciones. Eso al final te arrastra a una dinámica que le va a costar la alcaldía. No sé si ingenuamente o no. No sé que es más grave, si la ingenuidad o querer creer que tras romper la coalición con el PSC, los independentistas le iban a echar una mano y le iban a garantizar la gobernabilidad de la ciudad. Así se lo dijeron el señor Trias (PDeCAT) y el señor Bosch (ERC). Y es evidente que no ha sido así. Se ha utilizado Barcelona como un campo de batalla más del independentismo y Colau se ha plegado a ello.
Video: La gestión de Colau
--¿Se arrepiente de haber pactado con Ada Colau?
--No, en absoluto. Creo que el período de más estabilidad de la ciudad y en la que estuvo más protegida de la inestabilidad del procés fue la etapa en la que gobernamos en coalición. Fue la etapa en que se intentaron hacer cosas tan importantes como la candidatura de la Agencia Europea del Medicamento. Hubo un pacto para aislar Barcelona de la inestabilidad del procés. Esos 18 meses fueron los de más inestabilidad.
--¿Se dejó aconsejar Colau, dada la experiencia de gestión del PSC?
--Siempre dije que ellos tenían que aprender algunas cosas y nosotros también. Hay que ser humilde y nosotros entramos con esa actitud. Nosotros aportamos la experiencia de gestión y un ADN de muchos años de gobierno y alcaldes socialistas. Y ellos aportaban la nueva política, esa presunta capacidad de escuchar mejor, de atender a los problemas de la gente, ser más flexibles o proactivos. Luego se ha visto que no ha sido así.
En las encuestas y el 21D, a nosotros nos fue bastante mejor que en las anteriores elecciones, subimos un 30%. Y los comunes se hundieron a una cuarta o quinta posición. Nunca se ha visto que el partido del alcalde de Barcelona haya caído de esa manera
--¿Le pasará factura esa coalición al PSC?
--En las encuestas y el 21D vemos que a nosotros nos fue bastante mejor que en las anteriores elecciones, subimos un 30% en votos. Y ellos se hundieron a una cuarta o quinta posición. Nunca se ha visto que el partido del alcalde de Barcelona haya caído de esa manera. Ese fue un aviso muy serio de una parte muy importante del electorado de izquierdas, que no ha entendido que Colau le haga el juego al secesionismo.
--Comentaba que los dos reveses recibidos el martes le pueden costar el puesto a Colau. La alcaldesa no puede dimitir y la oposición no ha logrado llegar a una acuerdo para sustituirla.
--Porque el procés ha partido el mapa político por la mitad y eso hace muy difícil que haya coaliciones. Lo digo con pesar. Desde la izquierda o la derecha, es muy difícil hacer coaliciones que soslayen el debate independentista en estos momentos.
Jaume Collboni en su despacho / LENA PRIETO
--Falta un año para las elecciones municipales ¿pero cree que esa política de bloques las marcará?
--El procés va a estar como telón de fondo. Pero creo que hay una oportunidad de explicar que Barcelona puede servir de punto de inflexión en el procés. Tenemos la oportunidad de hablar de la ciudad, es decir, de los problemas de los ciudadanos. No hablar solo de si acogemos la World Race o la Agencia del Medicamento, sino qué tipo de transporte público queremos, políticas de vivienda social… En la medida que centremos el debate en los ciudadanos, el independentismo puede quedar en un segundo plano. Hay mucha gente cansada ya de este eterno debate que no conduce a nada.
--¿Le preocupa el empuje de Ciudadanos y su discurso antiindependentista?
--Me preocupa que al final Barcelona se convierta en otro campo de batalla del procés. Me preocupa que Ciudadanos o ERC, por poner dos extremos, se dediquen a hablar de sí o no a la independencia y no de Barcelona o qué aportan a la gobernabilidad de la ciudad. Creo que en 2019 nos jugamos mucho más que quién gobierna la ciudad. Nos jugamos la ciudad. Hay fuerzas políticas que quieren arrastrarla a la lógica del procés. Eso sería letal para la Barcelona que hemos conocido en las últimas tres décadas.
--Usted ya ha presentado candidatura a las primarias del PSC para la alcaldía. ¿Le genera presión la ofensiva de Cs en Barcelona o L’Hospitalet?
--Estamos muy tranquilos. Nosotros en el área metropolitana tenemos muy buenos alcaldes y alcaldesas. En las encuestas salen confirmados. La tendencia es que van a continuar. Obviamente tenemos muy en cuenta a Ciudadanos, es una nueva realidad que hace ocho años era prácticamente inexistente. Pero Cs no tiene alcaldes en Cataluña. Ganó las elecciones el 21D, pero no tiene poder territorial. Tener alcaldes, tener experiencia, conocer la ciudad es muy importante para unas elecciones.
--¿Qué problemas más urgentes tiene Barcelona en estos momentos?
--Hay un problema número uno que es la subida del precio de los alquileres. Hay un segundo riesgo, que es el empleo, no haber generado la estabilidad suficiente para generar trabajo. No es una competencia directa del ayuntamiento, pero puede ayudar a que se instalen empresas, dar confianza, generar un clima que beneficie a la economía. Y un tercer problema es mantener la identidad de la ciudad. Cuando uno va por el mundo y te identificas como barcelonés, sin que sea necesario decir nada más, eso es tener un proyecto de ciudad con entidad propia. Algo que al independentismo siempre le ha irritado. En 2019 nos jugamos eso.
Video: Problemas de inseguridad
--Vivimos de la inercia de la marca Barcelona, pero ¿hasta cuando?
--Hay riesgos. Barcelona tiene muchas potencialidades y sobrevivirá al gobierno de Colau. Tenemos marca, empresas, universidades, entidades sociales… Esa es la gran fortaleza de la ciudad. Pero hay que cuidarla y liderarla bien. La alcaldesa no lo ha entendido en toda su dimensión y, sobre todo, no ha tenido liderazgo.
No hay nada más revolucionario que el orden público. Porque la inseguridad, a quien más perjudica, es a los más humildes. En los barrios ricos hay más seguridad porque se la pagan ellos
--Barrios como el Raval están bajo el foco mediático por los problemas de delincuencia e incivismo. Toda la oposición reclama más recursos policiales, Colau no.
--Son problemas que afectan, no solo al centro de la ciudad, sino a otros problemas. Colau practica el negacionismo con los problemas de seguridad, los obvia, no habla de ellos, no habla de orden público. Cuando creo que, desde la izquierda, no hay nada más revolucionario que el orden público y la seguridad. Porque la inseguridad, a quien más perjudica, es a los más humildes. En los barrios ricos hay más seguridad porque se la pagan ellos. El asunto es muy complejo, no solo se soluciona con más policía, requiere de políticas sociales, integración… Hace meses que avisamos de que se van a jubilar 222 guardia urbanos y Colau no está haciendo nada. Nuestras estimaciones es que necesitaríamos unos 500. No se está haciendo nada. Y otro de los problemas de Colau son los prejuicios. Los miembros de su equipos vienen de donde vienen, han tenido una trayectoria muy concreta y han pronunciado unos discursos muy determinados que ahora les condicionan. Y eso tiene como consecuencia que la Guardia Urbana no se sienta respaldada por su “capitán general” que es la alcaldesa. Y eso es muy peligroso. Debes confiar en quienes se encargan de velar por la seguridad pública.
Jaume Collboni en un momento de la entrevista / LENA PRIETO
--El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, siempre dice que para recoser lar heridas provocadas por el procés sería bueno un gobierno de concentración. ¿Ese modelo se podría hacer extensivo al ayuntamiento?
--Esa sería la gran oportunidad. No hablo ahora de coaliciones, sino de proyectos. La gran oportunidad de superar el procés sería ponernos de acuerdo sobre cosas concretas. La principal crítica que le hago a la señora Colau es que, ella que ha pretendido situarse en una supuesta equidistancia, debería poder llegar a acuerdos a lado y lado. Y ha hecho todo lo contrario. Pudiendo situarse en el centro, lo que ha logrado es aislarse. Barcelona es una idea muy potente y cohesionadora con base en los problemas de la ciudad. Yo no pretendo que un independentista cambie de opinión, como que un independentista puede pretender cambiar la mía. Pero sí nos podemos poner de acuerdo en si el tranvía debe pasar por la Diagonal o aumentar el gasto en educación o en la plantilla de la Guardia Urbana.
--¿Cree que Colau está esperando a que se clarifique la situación en el Parlament, que se produzca un posible pacto entre ERC y comunes que se traslade al ayuntamiento?
--No lo sé, he perdido la capacidad de predecir cómo piensa. Ella debería centrarse en la ciudad. El 80% de las intervenciones públicas de Colau nada tienen que ver con Barcelona. Hablar del independentismo, de si una persona debe tener asilo político o no…
--¿Qué le sobra y qué le falta a Barcelona?
--Le sobra los prejuicios de la gente que gobierna la ciudad. Hay que tener una mentalidad más abierta y atento a lo que la ciudad pide o propone. No venir con una carga ideológica tan pesada que te impide dejar que la ciudad fluya. Y le falta ambición. Barcelona podría hacer mucho más de lo que hace, tiene muchas potencialidades y buena reputación para hacer mucho más por la gente.