Los porrazos han vuelto a Barcelona este domingo. Esta vez, han sido los Mossos d’Esquadra los que han cargado contra los independentistas. Lo han hecho especialmente ante la Delegación del Gobierno en Cataluña, situada en la confluencia de las calles Mallorca y Roger de Llúria. Éste ha sido el punto más candente de las protestas contra la detención del expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont en Alemania.
Los manifestantes intentaban rebasar el cordón policial que rodeaba el edificio, lanzaban latas, huevos, pintura e incluso botes de humo. También empujaban contenedores en dirección a los agentes, que les servían de escudo --y han llegado a arder--. Los Mossos respondían con cargas contundentes, que han dejado un centenar de heridos leves --uno de ellos menos grave-- en todo el territorio, la mayoría en las inmediaciones de la Delegación del Gobierno en Barcelona. 23 de ellos han sido agentes de la policía catalana.
"Cómplices"
La tensión ha sido elevada desde el principio y se ha ido incrementando incluso más con el paso de las horas y a medida que las familias abandonaban las movilizaciones y los grupos radicales continuaban en la protesta. La actuación de los Mossos durante el referéndum del 1 de octubre es objeto de investigación en la Audiencia Nacional. El cuerpo catalán, con el exmayor Josep Lluís Trapero como cara visible, está acusado de permitir la celebración de la votación, que el Tribunal Constitucional había prohibido.
Entonces, los independentistas loaban a los agentes de la policía catalana. Ahora, los tachan de “cómplices” de Madrid, de la aplicación del artículo 155 y del antisoberanismo. “Cómplices” es precisamente la palabra que los manifestantes pintaron en amarillo en uno de los furgones de los antidisturbios este domingo, junto a un lazo.
Detenciones y heridos
El balance de los altercados ha sido de nueve detenidos, casi cien heridos leves y un agente de los Mossos d’Esquadra fuera de servicio identificado entre los manifestantes. Los arrestos se han hecho por presuntos delitos de atentado a la autoridad. De los heridos, cuatro son policías. Mientras la violencia aparecía en la Delegación del Gobierno, los políticos insistían en mantener la calma y las movilizaciones, pacíficas.
A las protestas con incidentes han asistido unas 100.000 personas. La mayoría, 55.000 según el Ayuntamiento de Barcelona, han marchado en la manifestación organizada por la ANC y Òmnium Cultural entre la sede de la Comisión Europea en Barcelona y el consulado alemán. En esta concentración, no hubo disturbios.