Sin noticias del procés de una forma sistemática. Pero una gran carga de profundidad contra el Gobierno del PP, y, algo menos, contra el Ejecutivo del PSOE. El exconsejero de Economía, Andreu Mas-Colell, junto a dos altos cargos de su equipo, Albert Carreras e Ivan Planas, ha querido explicarse con el libro Turbulències i tribulacions, els anys de les retallades (Edicions 62), y lo tiene claro: las diversas actuaciones del Gobierno de Mariano Rajoy, sobre cómo manejaba el flujo de la financiación y la tesorería de la Generalitat “dejan clarísimo como nos estrangularon a conciencia y con mala fe”.
Mas-Colell explica con detalle su etapa al frente de las finanzas de la Generalitat, con la necesidad de recortar el gasto, ante la caída a plomo de los ingresos, y con una “herencia” del tripartito que obligó, según apunta, a un sobreesfuerzo imposible de realizar en el lapso que exigía el último gobierno de Rodríguez Zapatero, ahogado por la Comisión Europea tras un fatídico 12 de mayo de 2010, y el nuevo Gobierno del PP que surgiría tras las elecciones de 2011.
FLA, FLA y más FLA
Toda esa etapa tiene, a juicio de Mas-Colell, un denominador común: el objetivo del Gobierno central de “castigar” a las comunidades autónomas, con un reparto desigual en la disminución del déficit, y acentuado, en el caso de Cataluña, por el distanciamiento político provocado con el proceso soberanista. Un pulso constante con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.
De ese proyecto político, el exconsejero apenas se refiere, pero constata que “a diferencia de tiempos pasados, el Estado tenía una necesidad política de marcar distancias con la Generalitat y con Cataluña. Así, nunca aceptaron nuestras peticiones”, (…), y, frente a las peticiones de la Generalitat se ofrecía el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA). “El FLA era la solución para todo. Nos tuvimos que adaptar”.
El exresponsable de Economía considera, por tanto, que se buscó un ahogo económico frente al proyecto político que impulsaba el Govern de Artur Mas, aunque apenas entra en la cuestión política.
Decepción con los empresarios catalanes
Mas-Colell ataca con contundencia al FLA, no por lo que suponía al principio –después de que el Gobierno de Rajoy rechazara su proyecto sobre los hispabonos, una mutualización de la deuda autonómica, que se pedía en aquel momento a nivel europeo, y que Alemania quiso impedir a toda costa—si no por el “abuso” del Ejecutivo español. Eso le lleva al exconsejero a criticar al empresariado catalán. “Que parte del empresariado catalán y español llegara a pensar que la administración centralizada de la liquidez pública era una buena solución para sus empresas, cuando no era más que una arbitrariedad suplementaria de quien tenía el poder, ha sido decepcionante”.
La idea del equipo económico de la etapa de Artur Mas es que el Gobierno de Mariano Rajoy quiso presentar a las comunidades autónomas como las grandes culpables del exceso de déficit. Y, cuando llegó la recuperación económica, mantuvo la misma actitud de asfixia. Prueba de ello, según Mas-Colell, son las cifras de los anticipos de las liquidaciones del modelo de financiación. “El Estado había hecho todo lo posible por retrasar los pagos presupuestarios a las Comunidades Autónomas y facilitar de esa manera más recursos para sí mismo. Una forma muy simple de hacerlo fue manipulando los anticipos del modelo de financiación, como fuimos denunciando repetidamente durante los años 2014 y 2015. Las liquidaciones del modelo de financiación de 2016, 1.551 millones de euros, y 2017, 1.879 millones de euros, realizadas sobre los ejercicios 2014 y 2015 dejan clarísimo como nos estrangularon a conciencia y con mala fe. La subestimación de los anticipos fue tan grande que la estimación de las liquidaciones fueron creciendo a medida que se acercaba el momento de concretar el importe”.
Los recortes hacen perder votos
Pero Mas-Colell también admite que los necesarios recortes en el gasto, en el momento de acceder a la Generalitat, a finales de 2010, generaron una enorme inquietud en el conjunto del Ejecutivo catalán, y que las elecciones municipales de 2011, en las que CiU consiguió que Xavier Trias accediera a la alcaldía de Barcelona, marcaron un antes y un después. La intensidad de los recortes comportaba una pérdida de votos para la coalición nacionalista, y que el malestar social se evidenció con toda la crudeza cuando el propio Mas y él mismo tuvieron que acceder al Parlament para aprobar los presupuestos de 2011, el 15 de junio, en helicóptero, por el “asedio” a los accesos en el Parc de la Ciutadella. El Ejecutivo de Mas, dispuesto a recortar gasto, comprobó lo que podía suponer con las movilizaciones en las calles.
Albert Carreras, Andreu Mas-Colell e Ivan Planas / CG
El exconsejero de Economía señala al tripartido y a la “herencia recibida”, cuando en el momento del traspaso de poderes se habló de un déficit en 2010 del 3,2%, cuando el objetivo oficial era del 2,4%. Pasó a ser, al comprobarlo todo, del 3,7%, y la Intervención General de la Administración del Estado lo acabó fijando, a lo largo del 2011, en el 4,5%. Eso suponía que “nos faltaba uno de cada tres euros que gastábamos. Dicho de otra manera, debíamos conseguir –vía endeudamiento—un 43% más de lo que ingresábamos”. Eran 9.100 millones de euros de déficit.
El caso ATLL
Esas cifras marcaron toda la etapa de Mas-Colell, y, por tanto, del Govern de Artur Mas, que provocaron decisiones como la privatización de ATLL, que el exconsejero analiza de forma breve. Admite que era necesario realizar la operación antes de que acabara el año, en 2012, para poder cuadrar los números de la Generalitat. "La tramitación fue complicada, interrumpida por objecciones jurídicas, y tensada por la necesidad de completar la asignación de la concesión antes de acabar el año". Dando por sentado que al concurso de privatización se presentaría Agbar, Mas-Colell señala que "el resultado tuvo sorpresas" porque "hubo competencia", con la presentación de un consorcio liderado por Acciona, que "presentó la mejor oferta".
El exconsejero explica que "el Órgano unipersonal Administrativo de Recursos Contractuales de Catalunya (OARCC) consideró el recurso presentado por Agbar, que cuestionaba el proceso de selección, pero también dio luz verde para que Acciona pagara los 300 millones de euros líquidos a los que se había comprometido (los 1.000 millones eran el flujo descontado de pagos futuros) y comenzara a gestionar ATLL, cosa que hizo inmediatamente. Estas dos decisiones contradictorias han tenido entretenidos ejércitos de abogados desde principios de enero de 2013", concluye Mas-Colell, sin más explicaciones, y sin referirse a la reciente sentencia del Tribunal Supremo en la que anula aquella concesión y deja a la Generalitat la posibilidad de volver a realizar el concurso o dejar ATLL en manos públicas.
Lo que pudo haber sido
El exconsejero de Economía se refiere a las cuestiones políticas con gran frialdad, al entender que en el libro debía reflejar sólo la gestión puramente económica, pero si narra las diferentes fases políticas, con la idea de que una negociación sobre el pacto fiscal pudo haber sido fructífera, pero que Mariano Rajoy la dejó de lado con aquella entrevista con Artur Mas antes de decidir la convocatoria anticipada de elecciones en noviembre de 2012.
A partir de aquel momento, la guía fue el proceso soberanista.