Sólo hace tres semanas, agentes de la División de Asuntos Internos (DAI) de los Mossos d'Esquadra tomaron declaración como imputado a un agente del cuerpo, exmiembro de los Grupos Especiales de Intervención (GEI), para que diera cuenta de su actividad personal en Bélgica.
Este policía, destinado ahora en tareas de seguridad ciudadana en Barcelona y que ha sido miembro también de la unidad de escoltas, ha viajado a Bélgica con posterioridad a ese interrogatorio, es decir, se ha desplazado para arropar al expresidente Carles Puigdemont a pesar de que se sabe objeto de una investigación penal por las actividades pseudoprofesionales que viene desarrollando en aquel país.
Lealtad pretoriana
Otro destacado miembro de este equipo de “pata negras” del expresident, el sargento de escoltas, Lluís Escala, declaró cuando también fue interrogado: “Sólo recibimos órdenes de Puigdemont”.
Tanto para los agentes especiales de asuntos internos como para las fuentes del CNP y de la Guardia Civil consultadas por este medio, resulta especialmente llamativo el caso del antiguo GEI. Algunas notas internas de la policía apuntan que en las inmediatas horas previas al referéndum ilegal del 1-O, este policía trasladó de aquí para allá cajas con papeletas en su coche policial de servicio.
Escolta de Borràs
No sólo eso, fuentes del propio grupo de escoltas reconocen que ese agente trabajó durante una época como escolta de la consellera Meritxell Borràs. Las mismas fuentes han explicado a Crónica Global que, incluso, este policía habría participado en la salida de la consellera quien, como algunos de los miembros del gobierno de Puigdemont, se marchó de España para trasladarse a Bruselas.
Borràs compareció a la citación del juez Pablo Llarena e ingresó en prisión durante tres semanas hasta que se le impuso una fianza tras cuyo pago pudo abandonar el centro penitenciario.