Junts per Catalunya y ERC no han cerrado todavía su acuerdo de investidura, y se desconoce qué programa de gobierno aplicarían. Pero sí se sabe que el ámbito comunicativo es una de las piezas más cotizadas por ambas partes. Mientras se consuma la distribución de cargos en la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA), en TV3 y Catalunya Ràdio –los trabajadores públicos lo califican de “reparto bananero”--, así como en el área de la Consejería de Presidencia de la Generalitat –que es la que competente en materia de comunicación--, el nepotismo se abre paso en las negociaciones.
Según ha podido saber Crónica Global, JxCat presiona para que Francesc Cano, actual jefe de Informativos de Catalunya Ràdio, sea el futuro director de la emisora. Se da la circunstancia de que Cano es el marido de la diputada del grupo convergente Anna Geli. Asimismo, este periodista es uno de los hombres de confianza del convergente Jordi Turull, quien suena como candidato a la presidencia de la Generalitat si la propuesta de Jordi Sànchez se vuelve inviable. Además, Cano mantiene una estrecha amistad con el diputado de JxCat Eduard Pujol, exdirector de RAC 1 y flamante portavoz adjunto en el Parlament.
Amiguismo
Fuentes de la oposición subrayan el afán de los nuevos convergentes por hacerse con el control de las emisoras catalanas, incluida la cadena privada del grupo Godó. Critican el amiguismo y la politización en la renovación de los medios públicos catalanes, en la línea de las protestas de los comités de empresa de la radio y la televisión autonómicas.
Es muy posible que Catalunya Ràdio y TV3 queden en manos de JxCat, mientras que la CCMA –cuya presidencia había sido elegida hasta ahora por Convergència— pase a estar controlada por ERC. En Presidencia, los republicanos se hicieron en la legislatura pasada con la secretaría de Comunicación, cargo que ha ocupado Miquel Martí Gamisans, que ahora suena como posible portavoz del Govern. Convergència controlaba la secretaría de Difusión y Atención Ciudadana, donde la sombra de Artur Mas y Francesc Homs seguía siendo muy alargada.