La CUP no se anda con remilgos, tampoco cuando se dirige a sus aliados de Junts per Catalunya y ERC. Fue escueto a la par que contundente. “Nosotros a (Jordi) Sànchez no lo votamos. No representa al gobierno legítimo. No es lo que queremos. Es la vieja Convergència”. Es el mensaje enviado a quienes están negociando la formación del nuevo Govern independentista.
Si la CUP no apoya al candidato, éste no ganaría la investidura porque registraría 65 votos contrarios, o 69 si la CUP vota en contra, por 64 a favor. “Sería un desastre por la cerrazón de Carles Puigdemont”, apuntan fuentes independentistas. Carles Riera, cabecera de lista electoral de la CUP el 21D, ha puesto cara en el Parlament esta mañana a la postura de su organización.
Oriol Junqueras
Por si cabía alguna duda, los cupaires volvieron a plantear un viejo tema a ERC “proponed a Junqueras”.
El exlíder de la Asamblea Nacional Catalana, actualmente en prisión, no cuenta con el apoyo de los antisistema y tampoco despierta entusiasmo en ERC, aunque los republicanos “no podemos decir que no, en aras de la formación de gobierno”.
Un candidato, una negociación
Los dirigentes de ERC saben que Sànchez “no tiene recorrido. Está amortizado y no podrá ejercer como presidente”. Por este motivo, los de Junqueras exigen saber “la hoja de ruta y quiénes serán los candidatos que sustituyan a Sànchez cuando éste sea inhabilitado. No es lo mismo negociar un gobierno con Sànchez a la cabeza, con Jordi Turull, con Elsa Artadi, o con Marc Solsona. Cada candidato tendrá su propia negociación”, se apunta desde el entorno de ERC que quiere saber “a quién estamos invistiendo. Queremos el tercer nombre”. Una clara referencia a que tanto Sànchez como Turull tendrían sus días contados al frente del Govern.
Otras voces independentistas se suman a este coro crítico con la ruta que trata de imponer Carles Puigdemont, sus acólitos en Bruselas, que serán miembros del Consell de la República, y Junts per Catalunya. “Cómo puede ser que el pacto sea cerrar la candidatura de Sànchez, si saben que ni podrá ser presidente, ni ejercer. Esto no es un pacto. No es nada. El acuerdo está más lejos de lo que parece”.