Del Consejo Audiovisual de Cataluña (CAC) a la Corporación Catalana de Medio Audiovisuales (CCMA). Roger Loppacher aspira a convertirse en el futuro presidente del ente que gestiona TV3 y Catalunya Ràdio, según fuentes del sector audiovisual. En el historial de este hombre de confianza de la antigua CDC figuran decisiones polémicas a favor del sesgo ideológico de los medios públicos catalanes, pero debe pasar el filtro de ERC.
El mandato de Loppacher como presidente del CAC está a punto de concluir y ya ha comenzado a moverse para congraciarse con los nuevos convergentes. Este licenciado en Derecho le debe toda su carrera en la Administración catalana a la familia Pujol. Sus cargos de confianza se remontan a 1993, cuando fue elegido jefe de gabinete del Servei Català de la Salut. “Desde entonces solo ha bajado del coche oficial cuando ha mandado el tripartito”, señalan las mismas fuentes. Fue subdirector general en el Departamento de Enseñanza, así como secretario general en Gobernación e Interior, y director general de Medios Audiovisuales.
Las multas de la Junta Electoral
Ya como presidente del CAC, cargo que asumió en 2012 con el apoyo de CiU y PP, ha utilizado su voto de calidad para justificar, por ejemplo, la línea editorial de TV3 y Catalunya Ràdio en el procés. Aunque, el viernes pasado, la Junta Electoral de Barcelona multó con 4.000 euros a ambos medios públicos por el tratamiento de varios actos independentistas.
Especialmente polémica fue la decisión de Loppacher de hacer valer su voto de calidad el pasado septiembre para permitir que TV3 y Catalunya Ràdio emitieran anuncios institucionales de la campaña y publicidad gratuita del referéndum del 1 de octubre, obviando que el Tribunal Constitucional lo había prohibido.
La controvertida actuación ante el 9N
Sin embargo, Loppacher también ha sabido reducir su protagonismo en momentos del procés especialmente delicados que habrían afectado a su patrimonio personal, al parecer millonario. El presidente del CAC anunció a bombo y platillo la apertura de expedientes sancionadores a las cadenas españolas de radio por negarse a emitir la publicidad de la consulta del 9N. Lo hizo a instancias del entonces presidente de la Generalitat, Artur Mas, y del exconsejero de Presidencia Francesc Homs. Cuando la Justicia actuó contra los organizadores del 9N, Loppacher dejó morir los expedientes “sin dar nunca más razón de dicha instrucción. Mas y Homs tienen que avalar ahora con su patrimonio personal las consecuencias económicas de la sentencia del 9N”, recuerdan las citadas fuentes.
Hace tiempo que Loppacher aspira a presidir la CCMA en lugar de otro peón de la vieja guardia convergente, Brauli Duart. “Para ello tendrá que convencer nuevamente a los socios de ERC de su propio pedigrí independentista. Y hacer olvidar su actuación en el caso del 9N”, añaden.