Dar paso a nuevos liderazgos y el calendario judicial son las dos razones que ha invocado Artur Mas para abandonar la presidencia de PDeCAT. El expresidente de la Generalitat ha negado que detrás de su decisión esté un alejamiento de la estrategia del exilio de Carles Puigdemont. “En dos años no ha habido ni una pequeña discrepancia, estuviera de acuerdo o no”, ha dicho, tras afirmar que "no hay confrontación entre PDeCAT y Junts per Catalunya.
Respecto al hecho de que su cese se produzca a pocos días de que se haga pública la sentencia del caso Palau --sobre la financiación irregular de CDC--, ha alegado que “todas las sensaciones que se han creado, desde la confesión de Jordi Pujol, de que CDC no hizo las cosas bien, el partido pagó el precio más alto, su desaparición, aunque no había sentencia firme. ¿Qué más se le puede pedir a un partido? Ningún otro lo ha hecho”.
No llevaba las finanzas
Artur Mas ha recordado que “en el juicio del caso Palau no fui citado ni como testigo. Otra cosa es que mi responsabilidad, que no era llevar las finanzas del partido, era confiar en determinadas personas que sí las llevaron. La relación entre la fundación de CDC y el Palau se remonta a los años noventa”.
Mas se ha reunido con la ejecutiva del PDeCAT antes de comparecer en rueda de prensa junto a la coordinadora general de Marta Pascal; el coordinador organizativo, David Bonvehí, y la vicepresidenta, Neus Munté. Ha anunciado su cese justo dos años después de que renunciara a ser presidente de la Generalitat por imposición de la CUP y nombrara sucesor a Puigdemont.
Decisión meditada
“Hace meses que tenía pensado renunciar, lo comenté con el presidente Puigdemont, antes del referéndum del 1-O, lo comenté con Marta Pascal y con personas de mi confianza. Es una decisión meditada largamente, que he materializado ahora que empieza un nuevo curso político”, ha precisado
La decisión, ha añadido, es dimitir como presidente del PDeCAT, una presidencia representativa, pues la ejecutiva está en manos de Pascal y Bonvehí. Así lo quisieron los asociados. Doy otro paso al lado y hoy hace dos años de aquel primero, el 9 de enero de 2016”.
Este nuevo paso al lado tiene dos razones, expresadas en la carta enviada a Pascal y a los asociados. Por un lado, una razón estrictamente política: “El resultado de Junts per Catalunya es un muy bueno, va más allá de las expectatives que tenía nuestro partido, 34 diputados. Pero este buen resultado se debe a que hay una base de un partido que ha hecho muy buena labor. Hubo personas convencidas por Puigdemont que no formaban parte de PDeCAT, però que se incorporaron a la candidatura”.
Fórmula no impuesta
“Fue una fórmula no impuesta --ha afirmado--, sino inteligente, que permite a PDeCAT accelerar la ampliación de su base en los próximos meses. Mi paso al lado es para que se pueda acelerar esa ampliación, pues se necesitan nuevos liderazgos, hay que dejar espacios libres para que otras personas encabecen ese proyecto colectivo.
Una segunda razón, ha dicho, es el calendario judicial “que debo afrontar en los próximos meses. Fui juzgado y condenado e inhabilitado por la consulta del 9N y, en mi caso, está pendiente de ratificación del Tribunal Supremo. Como creo que se ratificará, yo quedaré inhabilitado definitivamente. También tengo que encarar el proceso del Tribunal de Cuentas, que ha puesto en riesgo nuestro patrimonio”. Pero es que “hoy mismo, el Supremo me ha notificado que estamos dentro de la causa ampliada del referéndum del 1 de octubre”.
Todo ello, ha dicho, le recorta su margen de maniobra en su ejercicio de la presidencia representativa en PDeCAT.
“Mi decisión cumple con mi código de los principios que siempre me han guiado. Primero está el país, luego el partido y luego mi persona”, ha dicho el expresidente de la Generalitat, quien ha subrayado que su retirada no debe interpretarse como un alejamiento de quienes lideran el nuevo proyecto.