Carles Puigdemont estaría dispuesto a volver a Cataluña una vez investido presidente de la Generalitat, de manera que las instituciones del Estado se vieran obligadas a detener un presidente elegido por el Parlamento de Cataluña, según han informado fuentes de su entorno.
La investidura se debería realizar de forma telemática, si la Mesa de la Cámara hace una interpretación del reglamento que lo permita. De hecho, el reglamento no explicita que el candidato a presidente tenga que estar físicamente en el hemiciclo en el debate de investidura.
La composición de la Mesa está fijada para el día 17 y la investidura, como muy tarde, el 31 de enero. Junts per Catalunya, ERC y la CUP continuarán esta semana los contactos en Barcelona y en Bruselas.
Dejar el escaño
Según Antoni Castellà, líder de Demòcrates, para garantizar la mayoría simple en el Parlamento, los partidos independentistas se plantean que los cuatro consejeros que están en Bruselas renuncien a ser diputados. A cambio, volverían a ser consejeros del gobierno de Puigdemont.
JxCat mantiene la premisa de que sólo hay un plan, el de investir a Puigdemont. Por su parte, Carme Forcadell, en libertad bajo fianza, está valorando aún la posibilidad de repetir como presidenta de la Cámara.