ERC reivindica su auge en municipios metropolitanos donde el independentismo no lograba arraigar, como ejemplo de que las cosas le van mejor si suelta lastre de PDeCAT. En efecto, los republicanos han logrado sacar los mismos votos que obtuvo Junts pel Sí (ERC-CDC) en las elecciones de 2015 en localidades como Cornellà, Santa Coloma de Gramenet o Sant Adrià de Besós. La clave está en lo que popularmente se denomina “efecto Rufián”, en alusión al polémico diputado en el Congreso Gabriel Rufián. El fichaje de este joven castellanohablante nacido en Santa Coloma tenía como objetivo pescar votos en el caladero del PSC. Parece que esa operación comienza a dar resultados.
La presentación de ERC y JxCat en dos listas separadas ha obtenido mejores resultados que en 2015, cuando ambas formaciones concurrieron bajo el paraguas de Junts pel Sí. Así, mientras hace dos años, la coalición alcanzó los 1,6 millones de votos, el 21D obtuvieron por separado más de 1,8 millones de votos. Por escaños, frente a los 62 escaños de 2015, ahora suman 66.
Por municipios, destacan los aumentos del voto independentista en municipios como Sant Adrià (aumento del 2,45%), Sant Boi de Llobregat (1,77%), El Prat de Llobregat (1,77%), Badalona (1,67%), Santa Coloma de Gramenet (2,08%) o Badia de Vallès (3,75%). Localidades todas ellas donde el secesionismo siempre tuvo problemas de arraigo.
Ciudades muy pobladas
Sin embargo, y ahí es donde sacan pecho los republicanos, el aumento en ciudades muy pobladas del área metropolitana se basa sobre todo en el incremento de su formación. La penetración en la conurbación metropolitana, donde los convergentes solo lograron obtener buenos resultados en las municipales de 2011, es una estrategia de ERC que tiene ya un amplio recorrido. Así, en Santa Coloma, ERC ha logrado 8.068 votos, cifra superior a los 7.815 votos de JxSí en 2015 y muy por encima de los obtenidos por los convergentes este año, 3.359. En Sant Adrià, con 3.180 votos frente a los 1.511 de JxC, los republicanos casi superan los 3.325 votos de Junts per Sí en 2015. También en Cornellà (Barcelona), donde ERC ganó 7.383 votos frente a los 3.031 votos de JxCat, prácticamente igualan los 7.615 votos de JxSí en los comicios de hace dos años.
El cruce de dardos entre estos dos partidos, que un día gobernaron juntos y ahora pretenden hacerlo de nuevo, debe leerse con vistas a las elecciones municipales de 2019. “JxCat es una candidatura comarcal y con un discurso que no cuaja en esta conurbación barcelonesa, donde nuestros líderes locales son hijos y nietos andaluces”, explican a Crónica Global fuentes próximas a ERC. Aseguran que han recibido el voto de “gente no independentista gracias a una gran labor de pisar la calle”.
La respuesta de PDeCAT
Desde PDeCAT se quita importancia a ese aumento de ERC y se remiten a los resultados globales de Junts per Catalunya, superior a los de los republicanos: 940.602 votos, (21,65%) y 34 diputados frente a los 929.407 votos (21,39%) y 32 escaños de ERC. Como se puede comprobar, el sistema electoral no proporcional --un escaño en Barcelona cuesta el doble que uno de Lleida-- beneficia a los convergentes, pero castiga a los republicanos. “ERC saca pecho porque tienen problemas internos, no han sabido hacer una campaña de ganadores y sacaron demasiado tarde a Carles Mundó como posible relevo de Oriol Junqueras cuando Marta Rovira ya había cometido muchos errores”, explican fuentes convergentes.
El auge de los republicanos en esta zona del cinturón rojo ha contribuido a frenar el crecimiento del PSC. ERC ha logrado 191.226 votos frente a los 132.400 de los socialistas. Bajan, no obstante, en distritos como el Eixample, Les Corts o Sarrià, donde el PSC ha incrementado sus resultados como nunca lo había hecho antes. “Nuestra preocupación de cara a las municipales no es ERC, sino Ciudadanos”, admiten a este diario fuentes socialistas.