“Personas que no nos votaron nunca lo harán en estas elecciones, mientras que otras que lo habían hecho toda la vida no nos votarán”. Esta es la preventiva diagnosis que hace el entorno de Miquel Iceta. Entre los primeros figura un electorado de derechas y catalanista que, tras la conversión de CDC al independentismo, se ha quedado huérfano. Entre los segundos se encuentran votantes de la izquierda a los que chirría el acuerdo entre PSOE y PP para aplicar el artículo 155 de la Constitución española en Cataluña.

Una amplia representación de ese votante conservador acudió ayer al almuerzo-coloquio organizado por el Círculo Ecuestre donde el primer secretario del PSC pronunció la conferencia Es la hora del seny.

Lo bueno para Barcelona es bueno para Cataluña

A juzgar por los aplausos y los comentarios de los asistentes, la candidatura transversal encabezada por Iceta y que incluye a exdirigentes de UDC suena bien a los empresarios y a la burguesía catalana. Ambos sectores rechazan las aventuras independentistas de PDeCAT y ERC y los coqueteos separatistas y antisistema de los comunes, y no se sienten identificados con PP ni Ciudadanos.

Entre los casi 200 asistentes al acto --se tuvieron que habilitar salas anexas-- figuraban apellidos ilustres como Güell, Bertrand de Caralt, García Valdecasas y Suqué. Difícil relacionar este perfil acomodado catalán con el socialismo que representa Iceta, aunque el candidato lanzó un guiño a ese electorado burgués parafraseando a uno de los suyos, el expresidente Pasqual Maragall: “Lo que es bueno para Barcelona, es bueno para Cataluña y lo que es bueno para Cataluña, lo es para España”. Catalanismo en esencia que, según recordó el conferenciante, incluye la defensa del actual modelo de inmersión lingüística.

Democristianos y comunistas

La apuesta por la moderación, el seny y, en definitiva, la centralidad convenció a los presentes. Conjugar el humanismo cristiano de Ramon Espadaler --“es una buena penitencia para ellos que tengan que hacer presidente a un candidato gay”-- con el comunismo de Carlos Jiménez Villarejo --“un socialista presidiendo a un comunista”-- requiere de mucha audacia. Iceta la tiene y el aforo lo reconoció.

No obstante, hubo quien reprochó al primer secretario de los socialistas catalanes que cuestionara la judicialización del proceso independentista. Y también quien insistió en arrancar de Iceta un firme compromiso de que no habrá un nuevo tripartito ERC-PSC-comunes. El candidato al 21D reiteró que no piensa hacer presidente ni a Oriol Junqueras ni a Carles Puigdemont. Ni siquiera se abstendrá en esa hipotética votación de investidura.

“Necesitamos a políticos con experiencia, necesitamos a una persona como Miquel Iceta”, aseguró el presidente del Círculo Ecuestre, Alfonso Maristany.