Los empresarios que apoyan la independencia catalana
El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont contaba en sus planes con el apoyo de ejecutivos catalanes
29 octubre, 2017 00:00Cinco años de proceso independentista en Cataluña han derivado en que ciertas voces del mundo empresarial hayan virado desde posiciones más moderadas, propias del mundo económico, a una defensa férrea del camino liderado en los dos últimos años por el ex presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y por su antiguo vicepresidente, Oriol Junqueras.
Ejecutivos que están en la órbita de las patronales con más proyección entre las formaciones nacionalistas como la fundación Femcat, que reivindica una forma de hacer negocios a la catalana; Pimec, que ha llegado a convocar un paro de país, una huelga general sin el componente laboral; e incluso dentro de Foment del Treball, la organización que más se ha opuesto al procés.
Joaquim Coello: Es una de las figuras emergentes del independentismo tras un pasado socialdemócrata. Formó parte del grupo de empresarios que participaron en la negociación entre Barcelona y Madrid para intentar la convocatoria de elecciones anticipadas. Ha sido consejero delegado de Applus y presidente de Barcelona Global, donde se le recuerda de forma desigual. Encabeza la Fundación Carulla, uno de los accionistas del independentista diario Ara, desde septiembre de 2016, aunque fuentes del entorno del empresario indican que quiere ampliar sus responsabilidades con otros proyectos de alta representatividad en la ciudad.
Miquel Martí: El presidente de Moventia y expresidente de Femcat nunca ha escondido su nacionalismo. La empresa que lidera ha traspasado fronteras. Recientemente se ha adjudicado el contrato de Vélib, el Bicing de la ciudad de París y el de CityBike Finland, en ese país escandinavo. De hecho, fuentes del sector indican que tiene muchas posibilidades de quedarse con la próxima concesión de este servicio en Barcelona. Mantiene una buena relación con el equipo de la alcaldesa Ada Colau, al que ha acompañado para impulsar la unión de los tranvías de la ciudad, que también opera Moventia. De hecho, su gran proyección en la contratación le restó enteros en su candidatura para presidir el consejo de administración de Fira Barcelona. Finalmente, se retiró. Entre sus competidores del sector se rumorea que esta retirada tenía por objeto acabar logrando el concurso de las bicicletas de Barcelona, en el que intentaría hacer valer la amistad de Anne Hidalgo, alcaldesa de París, con Colau. Es uno de los independentistas más activos, sin embargo, del pleno de la Cámara de Comercio de Barcelona.
Joan Font: El dueño de la cadena de supermercados Bon Preu y Esclat es uno de los empresarios que ha manifestado de forma más clara su apoyo al procés. En las jornadas previas al 1-O incluso se especuló en que las urnas del referéndum se escondían en los centros logísticos del grupo, que ha anunciado recientemente la inversión de 200 millones de euros en nuevas aperturas en Cataluña. También tiene pendiente cerrar un conflicto laboral por el horario de clausura de sus supermercados. Sus intereses económicos están, de forma casi exclusiva, en territorio catalán.
Joan Font Fabregó, presidente de Bon Preu
Enric Crous: El actual consejero delegado de Cacaolat ha recordado en las últimas semanas en privado que la empresa que capitanea aún no ha cambiado la sede social fuera de Cataluña por la incertidumbre del procés. Antes de Cacaolat, estaba en la dirección general de Damm.
Pau Relat: Lidera la multinacional MAT Holding, vinculada al sector fitosanitario y del agua. Desde el pasado enero es el presidente de Femcat en sustitución de Ramon Carbonell, presidente de Bovent. Ha estado al frente de la organización en la etapa en que el procés ha ido a más, algo que sus allegados indican se ha reflejado en sus opciones políticas personales. También es uno de los empresarios que ha llevado la causa independentista al pleno de la Cámara de Barcelona.
Joan Planes: El presidente de honor de Fluidra también forma parte de ese grupo de empresarios que se les considera nacionalistas pata negra. Su apoyo no se ha movido y no ha sido obstáculo para convertir la empresa de Sabadell, cotizada en los mercados bursátiles, en una de las más importantes del sector de la piscina en todo el mundo.
Oriol Guixà: El presidente de La Farga ha incorporado de forma reciente al frente de la compañía a su hija Inka, a quien le ha trasladado la dirección general. Prevé un traspaso de poderes tranquilo en una empresa dedicada a la producción del cobre. Se le considera uno de los empresarios más próximos a las tesis de CDC, primero, y PDeCAT, después, aunque sin significarse de forma destacable. Prefiere el perfil bajo, aunque es un activista innato. En la Cámara de Comercio de Barcelona ha intervenido llegando a utilizar el término "terrorismo de Estado" para referirse a los acontecimientos últimos en abierta disputa con el presidente, Miquel Valls.
Oriol Guixà e Inka Guixà en la sede de la metalúrgica La Farga / CG
Carles Sumarroca: La proximidad de su familia con el que fuera partido hegemónico en Cataluña ha provocado la imputación de varios de sus miembros y la entrada en prisión preventiva de su hermano Jordi en el marco del caso 3%, aunque también se han visto salpicados por el caso Pujol. El carácter afable de Sumarroca como mínimo de cara a la galería le generó cuando presidió Femcat, uno de los momentos de mayor proyección pública, muchos adeptos. Pero se ha vuelto más retraído por los distintos frentes a los que debe hacer frente su familia, cuentan sus allegados.
Joan Oliveras: El presidente de la joyería Bagués-Masriera es de los que ha pasado de un apoyo más moderado a uno más claro y abierto de las tesis independentistas. Aunque intenta mantener el perfil bajo que siempre ha caracterizado a la familia. Íntimo amigo de Artur Mas, mueve el sector comercio para mantener la llama independentista.
Joaquim Vidal: El propietario de los supermercados Valvi llevó hace años su apoyo a la causa independentista a echar un salvavidas a la principal publicación escrita por entonces de ese sector, el diario Avui. Lo fusionó con El Punt y creó un grupo de comunicación capitaneado desde Girona que ha recibido un apoyo destacado en forma de ayudas públicas hasta la fecha. La continuidad de estas, por lo menos las que se recibían de forma indirecta, se ha puesto en duda por el control de las finanzas públicas por parte del Gobierno central.
Ferràn Rodés: El que fuera vicepresidente de Havas Media apoya el procés pero no una declaración de independencia de forma unilateral, tal y como quedó claro en un artículo de opinión publicado en las páginas del periódico que ha impulsado, el Ara. Algo que, precisamente, fue muy criticado desde ciertos sectores del independentismo. Igual que Vidal, el proyecto periodístico que apoya ha recibido onerosas ayudas de la Generalitat. También se beneficia de los dividendos que percibe de otro proyecto en el sector público catalán, la concesión que aún mantiene junto a Acciona en Aigües Ter Llobregat (ATLL). Entre el empresariado se da por hecho que los favores que recibe de las administraciones públicas para sus negocios los devuelve a través de los editoriales y la línea informativa del diario nacionalista Ara. Algunas empresas del Ibex empiezan a quejarse de esa alineación y sopesan mantener sus campañas de publicidad en la central de medios propiedad de la familia del empresario catalán y que ahora gestiona su hermano Alfonso.
Entre el empresariado que de forma mayoritaria se sitúa en posiciones de defensa de la unidad española se hacían apuestas en las últimas horas por conocer cuantos de estos hombres de negocios catalanes participarán en la manifestación que se celebrará hoy a favor de la unidad y en defensa del sentido común. "Será una forma de expiar sus pecados", aseguraba uno de ellos anoche.