Cuando un país atraviesa uno de sus momentos más críticos es también cuando afloran las personalidades con mayor capacidad de liderazgo. Individuos que para poner en valor las ideas en las que creen recurren a alguna de sus mayores cualidades, como su carácter envolvente o, incluso, su sentido del humor. Uno de estos proyectos es Resistència Catalana, liderado por el joven Jaume Vives, y que mediante la ironía pretende denunciar la “manipulación nacionalista” que, a su juicio, promueve el Gobierno de la Generalitat.
Este colectivo, que en menos de un mes de existencia cuenta con más de 100.000 seguidores en Twitter y Facebook, nació en medio de la tormenta política, entre las caceroladas que se sucedían día sí, día también en los balcones de las casas independentistas. Vives convirtió a un autor tan poco politizado como Manolo Escobar en el nuevo e inesperado ídolo de la canción protesta cuando desde su balcón en la calle Balmes de Barcelona decidió dar la réplica a las caceroladas con música y humor; con ese nuevo himno constitucionalista que es Y viva España.
Romper el silencio
“El Govern ha intentado llegar tan lejos que han roto el silencio”, explica Vives sobre la razón de haber plantado cara al nacionalismo tan tarde, cuando ya llevan más de cinco años con el llamado procés independentista. Su éxito sorprende, sobre todo, por el poco tiempo que llevan y la falta de previsión y recursos con los que cuentan. Como relata el propio Vives fue “una cosa espontánea” fruto del “cansancio” y de la “manipulación”: “Somos personas que estamos cansadas de que nos digan que no somos auténticos catalanes”.
Un joven catalán pone el himno de la Guardia Civil en Barcelona
Y es que este joven de 25 años rompe dos de los mayores clichés sobre el perfil típico del independentista. El primero, es que es joven y no nacionalista; el segundo, que es un catalán de pura cepa. “Como Xavier Gabriel” —ilustra—, el popular propietario de la casa de lotería La Bruixa d’Or, que también decidió significarse públicamente en contra del secesionismo. “Rezo, pienso y hablo en catalán”, remacha.
Legalidad... y amor
Vives reconoce que la primera vez que salieron del balcón temieron “quedarse solos”, pero en cuestión de segundos decenas de vecinos se sumaron a la iniciativa. Para llevar a cabo su propósito solo necesitó los dos altavoces que usó como periodista durante la filmación en Irak de su documental sobre la persecución de los cristianos, titulado Guardianes de la fe. Y esperar la reacción de su entorno. Que, sostiene, fue muy positiva. Su éxito fue en aumento y en una de las últimas reivindicaciones desde el balcón hicieron un llamamiento de forma totalmente improvisada para continuar con los bailes en la Plaza Kennedy. Lograron reunir a 60 personas pasadas las 10 de la noche: habían perdido el miedo.
Desde este balcón de la calle Balmes, ese pequeño grupo de resistentes formado por Vives, su hermana, sus padres y los amigos que se han querido sumar han difundido un single tras otro: desde Peret a Estopa, pasando por La Trinca o el himno de la Guardia Civil. En poco tiempo se han apuntado otros balcones del vecindario y “la resistencia gironina y manresana”, entre otras, explica su principal instigador.
Jaume Vives desde su balcón en la calle Balmes / TWITTER
Además de la ley, es necesario un relato. Su misión es “conseguir que los pueblos del resto de España se unan a través del amor”. Para ello, su última campaña ha sido el lanzamiento de camisetas con las dos banderas —la senyera y la nacional— para que se distribuyan por todo el territorio. “Gente de La Rioja nunca había estado tan enamorada de lo catalán”, pone como ejemplo. Y es que cada vez sus cuentas en las redes sociales se llenan de más gente con la camiseta de Resistència Catalana para demostrar a Vives y su familia que “no están solos” y que “aman Cataluña”.
Contra las mentiras
Desde Resistència Catalana sitúan el origen de la hegemonía nacionalista en Cataluña en el papel de los medios públicos y privados subvencionados y de la educación. “Durante muchos años los medios de comunicación nos han hecho creer que España nos odia, humilla y roba”, expone. Por lo que respecta a la educación su crítica se dirige a la manipulación de la “historia de nuestra tierra y su relación con el resto de España”. “Ha sido una manipulación para justificar el chiringuito y alimentar este sentimiento de menosprecio que hace crecer el movimiento nacionalista”.
Una chica muestra su apoyo a Resistència Catalana en la manifestación del 8 de octubre por la unidad de España
Uno de los lemas usados por este colectivo es "El humor y la verdad por bandera", para diferenciarse de la guerra de banderas que a menudo ha caracterizado este conflicto en el seno de la sociedad catalana.
“Por encima de las ideas están las personas”
Vives no las tenía todas consigo cuando empezó a alzar la voz desde su balcón. Pero dice que “el humor es un lenguaje universal, con el que las verdades entran mejor”. Sobre la posibilidad de perder amigos independentistas, que los tiene, responde con la máxima kantiana: “Por encima de las ideas están las personas”.
Este joven periodista ve como “imparable” esta eclosión espontánea de tantos catalanes que se sienten también españoles. “Hemos salido del armario y hemos salido a la calle”.