La consigna es evitar la confrontación. El Ministerio del Interior ha ordenado a los agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil desplazados a Cataluña para participar en la operación antirreferéndum que eviten cualquier tipo de provocación por parte de los manifestantes que, este domingo, se concentren alrededor de los locales designados para votar.

El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña acaba de sustituir a la Fiscalía en la instrucción de las medidas destinadas a impedir que el 1-O se celebre la votación y, para ello, ha ordenado a todos los cuerpos policiales, incluidos los Mossos d’Esquadra, que impidan el acceso a esos locales y se incauten de cualquier tipo de material relacionado con el referéndum.

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Los mandos policiales de Interior, explican fuentes gubernamentales, son conscientes de que ese cerco policial y judicial provocará un clima de máxima tensión este domingo, azuzada por las declaraciones del consejero catalán de Interior, Joaquim Forn, quien ha asegurado que la presencia de los cuerpos de seguridad del Estado en Cataluña "altera el orden democrático".

De ahí que Interior haya dado órdenes de que la vigilancia se concentre en los colegios, ambulatorios y centros cívicos designados por la Generalitat. “Si hay una votación en la plaza del pueblo o en otros locales de entidades independentistas —Assemblea Nacional Catalana, Òmnium Cultural—, no se intervendrá”, explican estas fuentes.

El Gobierno de Mariano Rajoy quita importancia a la posibilidad de que se celebren esos simulacros de votación. De hecho, el Ejecutivo da por desarticulado el referéndum, pues no existe ni censo, ni tarjetas censales, ni sindicatura electoral, ni mesas electorales. “Ni siquiera se puede celebrar otro 9N”, afirman.

Colectivos anarquistas y 'kale borroka'

Se refieren a la consulta celebrada el 9 de noviembre de 2014, en la que tuvo lugar una votación con una logística muy parecida a la de unas elecciones. “Eso no se va a repetir”, insisten estas fuentes.

La presión sobre Rajoy es máxima. De hecho ya se reprochó al líder del PP que en 2014 permitiera celebrar aquella consulta. Pero en esta ocasión, la firmeza demostrada no es incompatible con la necesidad de evitar “males mayores”, es decir, que se pueda asistir a un 1-O cruento. Máxime si se tiene en cuenta la presencia de miembros de colectivos anarquistas y de la kale borroka que, según Interior, que ya se están trasladando a Cataluña para apoyar a los independentistas.

Por eso, es posible que se hagan esos simulacros —en Cataluña ha hecho fortuna la expresión butifarréndum— como expresión de movilización independentista más allá del radio de seguridad de cien metros establecido por la Fiscalía. Otra cosa es que un particular o una entidad presente una denuncia en el juzgado de guardia. En este sentido, fuentes judiciales apuntan a la posibilidad de que se produzca una avalancha de denuncias de este tipo.