Más de 300 políticos y empresarios han acudido hoy al civet que cada año organiza el empresario Luis Conde. Los grandes ausentes fueron el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont; el vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, y la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que estaban invitados, evidenciando así los puentes rotos que el proceso secesionista, que encara la recta final hacia un hipotético referéndum de independencia, ha provocado. El año pasado, tanto Junqueras como Puigdemont, acudieron a la cita.

Sin embargo, una nutrida representación del mundo político acudieron a Mas Anglada, la casa que este cazatalentos, fundador de la empresa “Seeliger y Conde” tiene en el Empordà. Por ello, el anfitrión aprovechó para hacer un llamamiento al diálogo ante los consejeros de la Generalitat Josep Rull (Territorio), Carles Mundó (Justicia), Antoni Comin (Salud), Santi Vila (Cultura) y Jordi Turull (Presidencia), así como del secretario de Estado de Infraestructuras, Julio Gómez-Pomar.

Los expresidentes Artur Mas y José Montilla también asistieron, así como los líder de la oposición Miquel Iceta (PSC), Inés Arrrimadas (Ciudadanos) y Xavier García Albiol (PP).

También se han dejado ver en el ágape Joaquim Gay de Montellà (Foment), Antoni Abad (Cecot), Josep González (Pimec), Jaume Guardiola (Banc Sabadell) y  Mar Raventós (Codorníu), entre otros.