¿Voluntad de diálogo hasta el final? Se supone. ¿Transparencia? Ninguna. Gobierno y Generalitat niegan oficialmente contactos en la recta final de un procés que supuestamente debe culminar el 1 de octubre con un referéndum sobre la independencia de Cataluña declarado ilegal por el Tribunal Constitucional. Pero ambas partes siguen expresando su voluntad de negociar hasta el último minuto de manera muy teórica e inconcreta.
Hasta ahora, el vicepresidente catalán, Oriol Junqueras, y la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, habían alardeado de buena sintonía y de reuniones poco o nada clandestinas. Hoy, el secretismo rodea sus posibles contactos. Como el que supuestamente habrían mantenido en el madrileño aeropuerto Adolfo Suárez-Barajas el pasado domingo, en vísperas de la celebración de la Diada.
Fuentes de Moncloa y de la Generalitat niegan categóricamente este encuentro. Otras fuentes consultadas por Crónica Global aseguran que habría tenido lugar en una sala reservada de las instalaciones aeroportuarias al aprovechar el viaje que Junqueras hizo a Madrid para ser entrevistado por Ana Pastor en el programa de La Sexta “El Objetivo”. Desde el equipo del vicepresidente catalán se niega el encuentro e incluso se señala que el líder de ERC se desplazó a Madrid en AVE, algo que tampoco hubiera impedido la celebración de la reunión secreta.
Junqueras en el programa El Objetivo con Ana Pastor
Curiosamente, la periodista preguntó al líder de ERC sobre esos contactos de última hora, pero el número dos de la Generalitat tiró balones fuera en su respuesta. Habló de “contactos con todo el mundo” y bromeó respecto a esos encuentros secretos que, si se explican, dejan de serlo. Lo cierto es que, a estas alturas de enfrentamiento institucional, ni a Moncloa ni a la Generalitat les interesa demostrar que han dado un paso atrás en sus posiciones.
La hiperactividad del vicepresidente
De hecho, Junqueras mantiene una hiperactividad política en las últimas semanas. En coincidencia con la celebración de la manifestación de Barcelona contra los atentados terroristas de Barcelona y Cambrils, el vicepresidente cenó con Pablo Iglesias, que se había desplazado a la capital catalana, en casa del empresario de comunicación Jaume Roures. Ambos habían acudido discretamente al domicilio y acompañados por sus números dos. Un medio de comunicación digital desveló la existencia del encuentro.
El cerco judicial sobre el Govern, el Parlament y los alcaldes se estrecha y las acciones de desobediencia cobran fuerza, como la reapertura de la web del referéndum tras ser clausurada por la Guardia Civil. Tanto sube el tono de enfrentamiento que el tan temido choque de trenes puede traducirse en altercados en las calles, azuzados por movimientos antisistema vinculados a la izquierda radical independentista.
La Diada del pasado domingo se planteó como un primer ensayo de esas movilizaciones populares. “El referéndum ya está en manos de los ciudadanos”, asegura el Govern. Pero esa demostración de fuerza no alcanzó las cotas previstas y, la gran expectación despertada por el 11 de septiembre dio paso a declaraciones políticas con menos nervios en los que la posibilidad de diálogo estuvo muy presente.