“No fabrica armas, pero sí la tecnología básica que utiliza el Ejército, desde un sistema de vuelo hasta la dirección de un misil”, explica a Crónica Global Pere Ortega, presidente del Centre Delàs d’Estudis per la Pau. Se trata de Indra, una empresa que trabaja principalmente para el Ministerio de Defensa español, pero que también se ha beneficiado de las ayudas y contratos del Gobierno catalán. Sobre todo durante el mandato de Jordi Pujol, ya que un hijo del expresidente, Josep Pujol Ferrusola, vendió en 1999 su consultora Europraxis a Indra. A partir de entonces, esta empresa comenzó a obtener sustanciosos contratos de la Generalitat que fueron objeto de una investigación por parte de la Sindicatura de Cuentas. Hace cinco meses, la Guardia Civil registró la sede de la empresa Indra en Madrid en el marco de la investigación de la supuesta financiación irregular del PP.
La manifestación de rechazo por los atentados de Barcelona y Cambrils celebrada el pasado 26 de agosto, convertida en una denuncia masiva contra la venta de armas del Gobierno, así como el debate independentista sobre la necesidad (o no) de un Ejército catalán, ha puesto el foco mediático en el negocio militar. Mientras PDeCAT, la nueva CDC, apoya una fuerza castrense catalana, ERC y la CUP apoyan la desmilitarización total de Cataluña.
Críticas de los movimientos pacifistas
Centre Delàs d’Estudis para la Paz es un observatorio sobre el desarme, el comercio de armas, conflictos armados y cultura de la paz. “Las armas que se venden a Arabia Saudí no se fabrican directamente en Cataluña. A diferencia de la Comunidad de Madrid o Galicia, con un mayor volumen de industria armamentística, en Cataluña solo aporta el 2% del total de producción”. Otra cosa es Indra, que posee un enorme edificio de más de 10.000 metros cuadrados distribuidos en 14 plantas en la calle Tánger de Barcelona que acoge las sedes de Indra Sofware, Indra Business, Indra EMAC, Indra Comunicaciones, Indra Consultores e Indra Sistemas. Esta última, según Ortega, está especializada en electrónica y tecnologías para la seguridad y defensa. La instalación de Indra en el distrito del 22@ en 2007 fue muy criticado por los movimientos pacifistas, contrarios a la industria militar.
“Indra recibe muchas ayudas del Gobierno y de las comunidades autónomas donde tiene sus factorías de I+D”, añade este investigador y analista en temas de paz y conflictos. En Cataluña, Indra está dirigida por Manuel Brufau, hermano de Antoni Brufau, presidente de Repsol y expresidente de Gas Natural. Las buenas relaciones de Brufau con la Generalitat, explica Ortega, facilitó el encargo de contratos a Indra, así como ayudas que, entre 2004 y 2011 ascendió a 1,45 millones de euros.
“Indra Sistemas está implicada en la producción militar de armamento que se exporta a países como Turquía, Arabia Saudí, Egipto o Catar que, directa o indirectamente, están implicados en la guerra de Siria o Yemen”, afirma categórico Pere Ortega, quien afirma que, en 2015, la facturación total de Indra en el ámbito militar ascendió a unos 452 millones de euros.