El referéndum unilateral sólo concita el apoyo de un 48% de los catalanes. El Centro de Estudios de Opinión (CEO), el llamado CIS catalán, ha informado este viernes de que la consulta secesionista no pactada con España convence únicamente a la misma cantidad de votantes de Junts pel Sí y la CUP, que cosecharon un 47,8% de los sufragios en las elecciones del 27 de septiembre de 2015.
La segunda ola del Barómetro de Opinión Política del organismo revela que el apoyo a una cita electoral organizada sin permiso del Estado cae dos puntos respecto a marzo, la última vez que el CEO hizo la misma pregunta.
El ente que comanda Jordi Argelaguet ha agregado que un 46% de los catalanes sigue rechazando esa vía.
El 'no' a la independencia toma distancia
A poco más de dos meses de la convocatoria de referéndum secesionista, los partidarios del ‘no’ a la independencia crecen un punto porcentual. Totalizan el 49,4% de catalanes, según el CEO.
La diferencia con los pro secesión aumenta hasta más de ocho puntos respecto a marzo. El número de independentistas alcanza el 41,1% de los ciudadanos, tres puntos menos que el último estudio.
También se produce un incremento de los encuestados que responden "no sabe o no contesta" a la pregunta de si apoyan la independencia. En este caso, el número de indecisos se incrementa del 7,2% al 9,5% respecto al Barómetro anterior.
Cae la participación
Si finalmente el referéndum no pactado llegara a celebrarse, el número de catalanes que participarían también desciende respecto a marzo.
La participación en una consulta ilegal de independencia, a tenor de las respuestas de los ciudadanos que aseguran que irían a votar, se quedaría en el 67,5%.
La cifra se desploma casi seis puntos (73,4%) respecto al último Barómetro.
A pregunta directa, un 39% de ciudadanos afirma que iría a votar sí el 1 de octubre. Un 23,47% de electores votaría no, mientras que un 18,07% se abstendría.
El 'sí' ganaría por incomparecencia del 'no'
Con esta participación, el CIS catalán infiere que un 62,4% de los que acudirían a las urnas apoyarían la separación, mientras que un 37,6% de los votantes la rechazarían.
Los partidarios de la independencia conseguirían imponerse sobre los contrarios al aprovecharse de dos factores: su alta movilización y la división de los constitucionalistas entre dos bloques: la abstención y el no.
Según el Barómetro, de los contrarios a la separación sólo votaría el 34,8%. Por contra, el número de independentistas que acudiría a las urnas sería mucho mayor: el 57,8% de los partidarios de la secesión irían a depositar su papeleta.