Y, de repente, estalló la polémica. El Parlamento catalán aprobó el jueves, 29 de junio, una moción que supedita la concesión de subvenciones públicas a los medios de comunicación al apoyo al referéndum del 1 de octubre.
El revuelo político ha sido notable y se ha hecho extensivo a la consejería de Presidencia, responsable de la política comunicativa de la Generalitat, donde serán los altos cargos del PDeCAT quienes tengan que gestionar esas ayudas a medios afines. ERC, por su parte, no se da por aludida, pues no es competente en publicidad institucional. Incluso en este ámbito, la formación liderada por Oriol Junqueras sale indemne de los líos que provoca el procés.
La moción sobre subvenciones públicas a los medios de comunicación privados aprobada en el último Pleno incluye un punto, transaccionado entre Junts pel Sí y la CUP, según el cual “mediante la aceptación de la publicidad institucional del Govern, los medios se comprometen a aceptar todas las campañas que lleva a cabo el Govern, también las relacionadas con comunicar todo aquello necesario para el buen funcionamiento del referéndum del próximo 1 de octubre”.
Medida discriminatoria
La iniciativa, tildada de discriminatoria por la oposición, fue aprobada con los votos de las formaciones independentistas y del diputado no adscrito Germà Gordó, la abstención de CSQP y los votos contrarios de Ciudadanos, PSC y PP.
El PDeCAT y ERC, socios de gobierno, se repartieron los altos cargos del negociado de comunicación de la Generalitat, estableciendo así un juego de poderes y contrapoderes donde todavía tiene peso el entorno de Artur Mas. Así, las subvenciones por audiencias, es decir, las que se otorgan estrictamente por el número de lectores, oyentes o espectadores, competen a los republicanos a través de la Secretaría de Comunicación del Govern y la Dirección General de Medios de Comunicación, cuyos titulares son Miquel Gamisans y Jordi del Río, respectivamente.
La formación de Junqueras no se da por aludida por la polémica resolución. “Las subvenciones por audiencia responden a criterios objetivos. Tantos seguidores tienes, tanto te dan. Publicitar o no el referéndum no influye en nada”, explican fuentes del ámbito comunicativo.
Por el contrario, la publicidad institucional depende del secretario general de Difusión y del director general de Difusión, Antoni Molons –que sustituyó hace varios meses a Jordi Vilajoana-- e Ignasi Genovés, pertenecientes a la órbita de Artur Mas. Conceder subvenciones a cambio de publicitar el referéndum es su competencia.
Respecto a las ayudas a los medios de comunicación por proyectos están reducidas a la mínima expresión, pues el Gobierno de Artur Mas destinó el grueso de esas partidas a publicidad, que se concede de forma mucho más discrecional.