La amistad entre el ministro de Justicia, Rafael Catalá, y el millonario barcelonés Manel Torreblanca es reciente, no tiene más de dos años. Ambos sintonizaron tras coincidir en un acto con otros amigos comunes y, a partir de ese momento, establecieron una relación frecuente y estrecha. Fruto de esa armonía, el representante del Gobierno y el esposo de la acaudalada Liliana Godia juegan de forma habitual al pádel. Unas veces en Madrid y otras, en Barcelona, según convenga a sus apretadas agendas.
Así explican desde el entorno del empresario catalán la especial relación que le llevó a invitar al ministro a su fiesta de 50 cumpleaños en la localización pirenaica de Baqueira Beret. La celebración tuvo lugar un sábado, el pasado 4 de marzo. Un selecto grupo de invitados y sus acompañantes llegaron al restaurante Esquiró hacia las nueve de la noche. El ministro y su esposa, María Ángeles Martínez, se presentaron más tarde, casi una hora después. Los saludos y los aperitivos habían comenzado cuando el representante gubernamental de la justicia española hizo acto de presencia.
Fachada del restaurante de Baqueira Beret en la que tuvo lugar la cena de aniversario de Manel Torreblanca.
Sorpresa entre los asistentes
Muchos de los presentes se frotaron los ojos. Pese a ser buenos amigos del anfitrión se sorprendían de que la máxima autoridad del Ejecutivo en materia de justicia participara en un encuentro organizado por Torreblanca, un empresario que acaba de pactar con la fiscalía una condena por fraude a Hacienda y que se ha visto obligado a pagar unas millonarias cuantías para evitar la cárcel y frenar el ingreso de prisión de su esposa, Lily.
La sorpresa fue mayúscula entre las acompañantes de algunos ilustres invitados, entre los que destacaba José Creuheras, el actual hombre fuerte de Planeta y Atresmedia. También asistían otros amigos íntimos como Enrique Lacalle, Francisco Reynés, Oscar Pierre o Javier Faus, todos ellos habituales del esquí en Vall d’Aran. Los comentarios fluyeron durante la cena de manera pícara mientras Torreblanca mantenía la tradición de celebrar su aniversario, como viene llevando a cabo desde hace diez años, en la exclusiva estación de Baqueira. “El mejor regalo que recibió Torreblanca fue la presencia del ministro”, explica uno de los presentes en la fiesta.
Pregunta sin respuesta
El propio organizador presumía ante amigos y asistentes del honor que suponía haber alojado a Catalá en su apartamento, según ha podido saber este medio. “Son apartamentos correctos, en la montaña no hay grandilocuencias en las viviendas”, cuenta uno de los que han visitado la vivienda de Torreblanca. Con todo, el empresario ha declinado responder a Crónica Global a la pregunta de si el ministro se alojó en su domicilio o bien recaló en otro lugar para hacer noche en el enclave montañoso.
La filtración de la asistencia del ministro a una fiesta con un condenado por fraude ha generado tensión política en el seno del propio Gobierno, entre las facciones del PP más próximas a Soraya Sáenz de Santamaría (en la que se encuadra Catalá) y los partidarios de la secretaria general y ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal.
El matrimonio Torreblanca y Godia es una de las principales fortunas de la capital catalana y gustan de mantener un nivel de relaciones sociales desacostumbrado en Barcelona, donde la burguesía clásica mantiene siempre un bajo perfil público. Sus veraneos en lujosos yates, a los que invitan a toda suerte de empresarios y prohombres de los negocios, se han convertido en una tradición estival, tanto en las islas Baleares como en otros enclaves del litoral Mediterráneo. El champán francés se sirve a todas horas y la alta gastronomía siempre está presente, explican sus íntimos.
Artillería legal para evitar la cárcel
El lance que mantuvo con la justicia fue un duro trago para el matrimonio. La fiscalía interpuso sendas querellas por fraude fiscal en diferentes ejercicios. El texto de aquella denuncia denotaba una clara dejadez en el cumplimiento de sus obligaciones tributarias y ponía de manifiesto el nivel habitual de gasto y de patrimonio acumulado, incluso en Suiza, por la pareja barcelonesa. Un primo de Lily, el abogado Xavier Amat, era el encargado de esos asuntos fiscales en la familia. Él también acabó condenado.
Torreblanca puso a toda la artillería legal a su alcance para frenar una condena indiscutible. El abogado penalista José Ángel González Franco fue el encargado de negociar con fiscales, letrados del Estado y de la Generalitat un pacto que salvó a Godia de una condena (dos años y 15 días de prisión, que evitó con una multa adicional) y que atribuía al empresario toda la responsabilidad en lo sucedido.
La parte final de ese acuerdo que suponía una condena menor (evitaba el ingreso en prisión) y el pago de cantidades millonarias para resarcir las arcas públicas por lo defraudado tuvo lugar en el verano de 2015. Catalá accedió al ministerio el 29 de septiembre de 2014, en sustitución del dimitido Alberto Ruiz-Gallardón.