El exvicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra ha acusado a los dirigentes independentistas de Catalunya de estar "incubando un régimen de terror" y de "engañar a los inocentes" con su victimismo y sus acusaciones de "persecución política" al Ejecutivo central.
En un artículo publicado en la revista Tiempo, Guerra carga contra el exconsejero Francesc Homs y el expresidente Artur Mas, recientemente condenado a dos años de inhabilitación para ejercer cargos públicos por organizar la consulta independentista del 9 de noviembre de 2014, pese a que fue prohibida por el Tribunal Constitucional.
"No tienen otro argumento que acusar de persecución política, porque, como se sabe, el victimismo nacionalista ha acuñado (...) que acusar a un dirigente nacionalista es atacar a Cataluña", señala el exvicepresidente en su artículo.
Para Guerra, existen bastantes hechos "denigratorios" tras los que "se entiende mal" que parte de la sociedad catalana "no haya levantado la voz para decir basta al permanente desafío a la ley", "basta a la corrupción" y "a los métodos antidemocráticos".
"Propaganda envenenadora"
"¿Son ciegos para no ver que los que les roba son sus dirigentes nacionalistas?", se pregunta, tachando de "sinrazón" que los catalanes crean que "España les roba". En esta línea, añade que "están seducidos por una propaganda continua, general, envenenadora de su capacidad de opinar, ejecutada desde los medios públicos y seguida por los privados".
Según dice Guerra, los independentistas comprendieron desde hace tiempo --"cuando a principios de los ochenta dos fiscales encuentran indicios de delito en la gestión que Jordi Pujol había hecho en Banca Catalana" y los jueces le absolvieron, explica-- que "para seguir amasando" debían "dominarlo todo". Desde ese momento, señala Guerra, "pusieron en marcha" esa campaña de seducción de los catalanes.
"Los nacionalistas catalanes quieren más, quieren más dinero, quieren más poder, quizás para obtener impunemente más dinero", matiza Guerra en su artículo, en el que arremete duramente contra el proceso con el que "pretenden la secesión política más allá de las leyes, de la Constitución y de la voluntad de los ciudadanos de Catalunya".
"Golpe de estado"
En su opinión, ahora en Cataluña se pretende dar "un golpe de Estado parlamentario" con una ley para proclamar un Estado independiente: "No es preciso adoptar ademanes de caudillo para golpear sobre la democracia, arrasando con todos los derechos que asisten a los ciudadanos", ha apostillado.
De hecho, ironiza acerca de que "la última finta del nacionalismo catalán" demuestra que los golpistas "pueden tener apariencia de vendedor de grandes almacenes, anchas gafas de concha, mentón prominente o de adulto con atisbo juvenil, despistado, cabellos sueltos".
En este contexto, Guerra critica la falta de respuesta por parte de empresarios e intelectuales. Según defiende, "saben lo que pasa pero no se atreven a exponerse a las consecuencias".
Pero Guerra apunta que "todos" los políticos "son responsables" de la situación actual: "Si hemos de ser claros, justos y verdaderos debemos reconocer que todos somos, de alguna manera, responsables", destaca, afirmado que "todos", ya sea "por acción u omisión" han permitido que "el monstruo" del independentismo "siguiera creciendo".