Forzar una propuesta del Gobierno español y ejercer de interlocutor. Esta es la nueva aspiración del Artur Mas, que se resiste a desaparecer de la primera línea política.
El manual de supervivencia del expresidente estrena un nuevo capítulo que agranda las grietas dentro de la nueva Convergència por el doble discurso que representa. El líder de PDECat quiere convertirse en el hombre puente entre el autonomismo actual y el independentismo que él mismo abrazó por tacticismo. La semana pasada viajó a Madrid y, según ha podido saber Crónica Global, se reunió con exdirigentes del PSOE y del PP, a quienes expuso su plan: utilizar una oferta del Gobierno español como excusa para dejar en punto muerto el proceso secesionista.
Un plan que él pilotaría y que, según dijo, cuenta con el visto bueno de Carles Puigdemont. El supuesto aval del presidente catalán sorprendió a sus interlocutores, convencidos de que el sucesor de Mas no va a dar marcha atrás en su propuesta de referéndum, previsto para septiembre. Efectivamente, “Puigdemont firmará lo que sea y arrastrará con él a Junqueras porque no le da miedo que le inhabiliten, no aspira a seguir en ningún cargo público, sino a volver a Girona”, explican fuentes conocedoras de la evolución del procés.
Conferencia junto a Ibarretxe
Así, mientras en Cataluña se muestra firme con el proceso secesionista, Artur Mas busca recuperar protagonismo en Madrid mediante una propuesta de tercera vía que está dispuesto a liderar. La táctica no agrada a la nueva CDC, pero le proporciona mucha cuota mediática. Hoy volverá a tenerla, pues tiene previsto pronunciar en San Sebastián una conferencia titulada El derecho a decidir. El proceso en Cataluña junto al exlendakari Juan José Ibarretxe. El acto contará con la elocuente ausencia del Gobierno vasco, pues como se sabe, el PNV está actualmente en un registro muy diferente al independentismo catalán. La gran incógnita es si Mas volverá a cambiar de discurso o si se mantendrá en el discurso de la tercera vía. Pero lo que está claro es que el líder convergente no quiere acabar como Ibarretxe.
Esos movimientos del expresidente están en el origen de las informaciones sobre negociaciones "discretas" o "secretas" entre el Gobierno central y el catalán que aparecieron durante el pasado fin de semana y que los medios oficialistas del independentismo tratan de combatir. Las mismas conversaciones que la Generalitat desmiente con la boca pequeña y sobre las que la dirección de ERC --el partido más afectado por la tercera vía-- guarda un sonoro silencio.