El sector del ocio, primer escollo de la reforma horaria

Los impulsores de la reforma horaria han topado con una firme resistencia. La que presenta la Federación Catalana de Locales de Ocio Nocturno (FECALON), contraria a cualquier tipo de limitación de la jornada.

El Consejo Asesor para la Reforma Horaria tiene avanzados los trabajos que deben culminar, a nivel parlamentario, en una ley que regule ese cambio horario, que, en síntesis, supone comer a las 13 horas y cenar a las 20 horas. De esta forma, afirman sus impulsores, se garantizaría la conciliación de la vida familiar y laboral y hábitos más saludables. El proyecto cuenta con el apoyo inicial de todos los partidos políticos.

El consejo ha enviado su propuesta a los representantes de los sectores principalmente implicados en este proyecto –tejido productivo, educación, Administración, cultura y ocio, deportes y movilidad--, que, a partir de enero, comparecerán en el Parlamento catalán para explicar formalmente su posición. Sin embargo, los miembros del consejo ya han mantenido reuniones con los responsables de éstos, entre ellos los del ocio nocturno, que rechazan el horario de 21 horas a 3 horas de la madrugada que se quiere incluir en la ley.

"Recomendación, no prohibición"

Fabian Mohedano, miembro del consejo, explica a Crónica Global que ese horario “es una recomendación": "Aquí no se prohíbe nada. En Berlín, por ejemplo, los establecimientos abren las 24 horas, pero los horarios en general son más sostenibles”. Sin embargo, los miembros de FECALON temen que, a la larga, lo que es una recomendación se acabe convirtiendo en una prohibición.

Mohedano afirma estar dispuesto a retirar esa sugerencia de un proyecto legislativo, todavía en fase embrionaria, porque, a su juicio, “resulta más prioritaria la implicación del tejido productivo y de la Administración”.