Hubo un tiempo, no tan lejano, en el que el Gobierno de Artur Mas sobrevivió gracias al apoyo del PP. Tras la conversión secesionista de los antiguos convergentes, esa alianza sería hoy imposible, pues la formación que lidera Mariano Rajoy se ha convertido en el enemigo público número uno del independentismo catalán.
Las cosas eran muy diferentes en 2011, primer año de mandato de Artur Mas tras sustituir al tripartito (PSC-ERC-ICV) al frente del Gobierno catalán. Gracias al apoyo de los populares, Mas pudo sacar adelante sus presupuestos –a diferencia de la situación actual, en la que la CUP tiene al Gobierno de Carles Puigdemont contra las cuerdas–. A cambio, el PP pudo colocar a personas de su confianza en las principales instituciones catalanas, como el Consejo Audiovisual de Cataluña (CAC), la Sindicatura de Cuentas, la Sindicatura de Greuges (defensor del pueblo catalán), la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) y el Consejo de Garantías Estatutarias. Se trata de órganos donde sus miembros son elegidos por el Parlamento catalán.
Renovación pendiente
Se da la circunstancia de que algunos de esos cargos propuestos en su día por el PP todavía perduran en las instituciones. Bien porque el mandato no ha concluido o bien porque el Ejecutivo no ha abordado la renovación de algunas de esas instituciones para adaptarlas a las mayorías parlamentarias actuales, es decir, para dar cabida a ERC o a Ciudadanos.
Este es el caso de Carles Jaume, miembro del Consejo de Garantías Estatutarias, órgano que funciona como un “Tribunal Constitucional a la catalana” y que vela por el ajuste de las leyes autonómicas al Estatuto y a la Constitución española. El cargo de Jaume, propuesto por el PP, venció en noviembre de 2015, pero todavía no se ha renovado.
En el CAC, órgano regulador de los contenidos audiovisuales, permanece el expresidente del PP catalán, Daniel Sirera, consejero desde 2012. Los mandatos en este Consejo tienen una duración de seis años y no son renovables. Por su parte, Emma Balseiro es, desde 2011, síndica de la Sindicatura de Cuentas, entidad que fiscaliza las cuentas de las administraciones catalanas. En esta institución, los cargos también tienen una duración de seis años. Sirera y Balseiro, por tanto, no han agotado sus mandatos.
Mención a parte merece Armand Querol, admirador confeso de José María Aznar, que lleva en la CCMA desde 1996 (entonces se llamaba Corporación Catalana de Radio y Televisión). Esta entidad es el ente gestor de TV3 y Catalunya Ràdio. Asimismo, el Sindic de Greuges, Rafael Ribó, fichó en 2010 a Francesc Vendrell director de relaciones con entidades y empresas. Vendrell fue diputado ponente del Estatuto y mano derecha del expresidente del PP Josep Piqué. Vendrell negoció en nombre de los populares la reforma legal que permitió alargar el mandato de Ribó (exdirigente comunista) hasta 2019.