El Consejo Audiovisual de Cataluña (CAC) publicó este jueves un informe sobre la cobertura mediática de las elecciones del 26J cuya principal conclusión fue que las televisiones estatales privadas no han reflejado la pluralidad política del país.
El documento ha desatado el malestar en el seno del regulador catalán, ya que el documento final elude comentar que ha sido aprobado con el voto de calidad del presidente. No hace mención a las profundas discrepancias en el consejo, dado que la mitad de los representantes votaron en contra, y pasa de incluir los dos votos particulares emitidos al respecto.
El primero de ellos está firmado por Carme Figueras y Eva Parera, presentes en la institución a propuesta del PSC y Unió, respectivamente; y el segundo es el de Daniel Sirera, que se sienta en el máximo órgano del organismo por petición del PP. Figueras denuncia que el presidente del CAC, Roger Loppacher (propuesto por CDC), “dio a conocer el acuerdo a los medios de comunicación sin esperar la entrada en el registro de los votos particulares”.
Competencias en Cataluña
Lamentan que no es la primera ocasión que ocurre y que según el reglamento interno, disponían de 48 horas para hacer llegar el escrito concreto del voto particular que se debería haber incluido en las conclusiones sobre la cobertura informativa de la campaña electoral de TV3, el 3/24, Catalunya Ràdio, 8tv, RAC1, TVE Catalunya, La 1, Telecinco y Antena 3 TV.
Sirera critica, precisamente, que en el análisis de la campaña se incluyan las tres últimas cadenas de televisión, ya que su fiscalización “no está bajo la competencia del CAC”. Considera que “no es justificable el uso de recursos públicos” para analizar medios de ámbito estatal y señala que ha provocado un incremento de “forma considerable del número de horas de personal necesarios para el visionado y el análisis de los informativos”.
Manifiesta que el “ámbito territorial de estas elecciones”, generales, “justifica aún menos el hecho de que el Consejo quiera asumir competencias que corresponden a otros organismos del Estado”.
Falta de pluralidad en la CCMA
El resto del voto particular está pactado con Figueras y Parera y se refiere a que el CAC se ha limitado a ofrecer “datos cuantitativos para valorar con garantías el cumplimiento del pluralismo político” sin tener en cuenta otras cuestiones que ponen en duda que se haya cumplido este principio.
De nuevo, son los medios públicos catalanes los que más se habrían alejado de esta consideración. Los tres consejeros critican la conducción por parte de la periodista Mónica Terribas del debate electoral emitido por TV3, el 3/24 y Catalunya Ràdio el 19 de junio.
Vulneración del libro de estilo
Consideran probado que de nuevo se produjeron “vulneraciones del libro de estilo de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA)” porque, igual que ocurrió con el mismo espacio en las elecciones catalanas de septiembre, “la conductora se había convertido en protagonista y copartícipe del debate expresando sus opiniones personales, que podrían significar una toma de partido, extralimitándose de sus funciones”.
También destacan que el debate concluyó con la selección de un tuit para los candidatos que se debía regir por “criterios estrictamente periodísticos”. “El resultado, que fue ampliamente denunciado en las redes sociales” fue que las preguntas elegidas estaban hechas por militantes, concejales o cargos de un partido en concreto” en algunos casos sin que el CAC hiciera ninguna valoración ni apunte al respecto.
En Comú Podem, el más perjudicado
Las elecciones del 26J fueron las primeras en las que no existían bloques electorales en Cataluña y según la mitad de los consejeros del regulador, eso pasó factura a En Comú Podem. Fue el partido más votado en diciembre, pero en la cobertura mediática estuvo infrarrepresentado a favor del resto de las formaciones.