Se van cumpliendo las previsiones y las peores pesadillas del independentismo catalán. En Común Podem, la marca catalana de Podemos, habría vuelto a ganar las elecciones generales en Cataluña, tal como ocurrió el pasado 20 de diciembre. De esta forma, la formación encabezada en los comicios por Xavier Doménech confirma el desgaste de un proceso secesionista, que sobrevive con la respiración asistida suministrado a nivel institucional. Los datos denotan, asimismo, la pérdida de fuerza del eje Cataluña-España a favor del clásico izquierda-derecha. Su propuesta de referéndum pactado sobre el futuro de Cataluña ha aguantado la presión del mundo secesionista, que en esta campaña ha insistido en atacar por perder su categoría de "línea roja" de cara a la estrategia de pactos que se abren a partir de ahora.
La izquierda radical, según encuestas a pie de urna, habría obtenido en esta comunidad entre 14 y 16 diputados, frente a los 12 logrados en la anterior cita electoral, fagocitando así a la izquierda tradicional que representa el PSC, que pasa de 8 a 7, con desgaste pero sin desplome.
El aguante de Rufián
Por su parte, ERC se convertiría en la única fuerza política que le haría sombra a En Comú Podem si se cumplen las expectativas. La candidatura de Gabriel Rufián ganaría entre dos y tres diputados respecto a diciembre y podría alcanzar los 12 representantes en la Cámara Baja, algo inaudito para los republicanos en unos comicios en los que la abstención ha sido especialmente acusada en Cataluña.
Gabriel Rufián (c), candidato de ERC por Barcelona vota en un colegio de Sabadell junto al alcalde de la ciudad, Juli Fernández (d) y el diputado Marc Sanglas (i) / EFE
El FernándezGate podría haber dado alas a los independentistas, aunque si se cumple el pronóstico a pie de urna el partido que estuvo en el punto de mira del ministro del Interior no habría sacado tajada del escándalo. CDC se hundiría en el peor resultado de su historia con y podría llegar a perder incluso tres representantes en el congreso al pasar de los ocho a los cinco escaños. Un verdadero batacazo para la lista encabezada por Francesc Homs.
Tampoco habrían sido capaces de atraer a los 64.700 votantes de Unió en diciembre, que habrían apostado por la abstención en su mayoría. El trasvase de votos podría haber beneficiado al PPC, ya que la candidatura encabezada en Barcelona precisamente por Jorge Fernández Díaz aguantaría el tipo.
A Ciudadanos, tal como se augura en el resto de España, le habría pasado factura su frustrado pacto con el PSOE y se quedaría en 4 diputados, uno menos que en la cita electoral anterior.