Sergio Pascual, Carolina Bescansa, Pablo Iglesias, Íñigo Errejón e Irene Montero en una imagen de archivo durante la campaña electoral del 20 de diciembre.

Sergio Pascual, Carolina Bescansa, Pablo Iglesias, Íñigo Errejón e Irene Montero en una imagen de archivo durante la campaña electoral del 20 de diciembre.

Política

Podemos es el partido menos interesado en repetir las elecciones

Las encuestas dejan de sonreír a la organización de Pablo Iglesias en medio de su primera gran crisis interna

20 marzo, 2016 21:05

Han pasado tres meses desde las elecciones y todos los partidos trabajan ya en clave de precampaña con la certeza de que no habrá acuerdo de Gobierno antes del 2 de mayo y con el temor de que una nueva cita con las urnas el 26 de junio deje las cosas como están. Con las mismas dificultades para ponerse de acuerdo.

Curiosamente, y contra todo pronóstico, Podemos es el partido con peores perspectivas relativas de cara a ese escenario. A falta de historia electoral, la demoscopia cuenta que el partido consiguió remontar sus malas perspectivas a finales del año pasado gracias a un cambio de estrategia en la campaña que dirigió Íñigo Errejón y que se basó en tres ejes: organización, moderación y sonrisas.

El verdadero Iglesias

Sin embargo, aliviado de la tensión electoral, Pablo Iglesias ha enseñado la parte más negativa de su liderazgo durante las sesiones de investidura, en vivo y en directo ante las cámaras de televisión. Confunde los debates con los mítines, tiene una dialéctica parlamentaria mejorable y es demasiado agresivo.

Las encuestas se hacen eco de ese cambio, de esa vuelta a las andadas. El partido aguanta bien allí donde tiene socios potentes, pero en el centro del país pierde pie mientras IU se recompone.

El PSOE, pese a que inexplicablemente no consigue despegar frente a un PP corroído por la corrupción y en manos de un Mariano Rajoy amortizado, sí logra hacer un buen relato en torno a la idea de que Podemos impide un Gobierno de cambio y, en consecuencia, respalda al PP.

Ciudadanos es la formación que sale más beneficiada de este periodo de estancamiento político. Los sondeos premian el equilibrio, los buenos modos y la voluntad de servicio.

Errejón dio la clave

En medio de ese panorama, Podemos ha digerido sus problemas territoriales --una forma de hablar de sus múltiples coaliciones-- con una crisis en su estructura interna. Quizá sin proponérselo, fue Errejón quien dio más pistas sobre el origen real de los problemas.

En una carta a la militancia responsabilizó al PSOE de estar detrás de su crisis. Y, aunque ese tipo de acusaciones buscan incentivar la unión interna frente al rentable enemigo exterior, en buena parte decía la verdad: los socialistas tratan de obtener el apoyo de algunos de los socios periféricos de Podemos.

Apoyo indirecto a Rajoy

Llaman a la puerta de quienes temen que una parte de sus electores no entiendan que un partido de izquierdas dé la espalda al cambio de Gobierno que supondría poner a un socialista en lugar de Rajoy. Y menos aún si para ello ni siquiera tiene que votar a favor del socialista.

Programa

Tras cesar con métodos estalinistas al anterior responsable, Sergio Pascual, Iglesias aúpa a su antiguo opositor Pablo Echenique a la secretaría de organización en busca de alianzas que diluyan el peso de su amigo y fiel escudero Errejón.

La cuestión de fondo no parece estar tanto en la existencia de corrientes internas, que las hay, sino en cómo hacerse mayor, cómo actuar una vez se ha llegado a las instituciones del Estado. En hacer política, no solo criticarla. También en cómo evitar unas nuevas elecciones que ya no convienen y que obligarían a rehacer la compleja política de alianzas territoriales. Y, en caso de tener que acudir a las urnas de nuevo, cómo reeditar la remontada del 20D.