El top manta le ha estallado a Colau. No es ni mucho menos un problema nuevo en Barcelona, pero sí es más novedoso que los manteros protesten de forma organizada en pleno centro de la ciudad. También fue novedad la forma de encarar el fenómeno que adoptó la alcaldesa a su llegada al poder, con una relajación de la mano dura. Y que tuvo que rectificar sobre la marcha, tras intensificarse la presión –política y mediática– contra su línea de actuación.
El Ayuntamiento de Barcelona ha anunciado este lunes la creación de un grupo de trabajo dedicado al top manta en la Junta Local de Seguridad, un órgano en el que están representados el propio consistorio, la Generalitat, la Fiscalía, Guardia Urbana, Mossos y Policía Nacional. La medida se ha anunciado apenas dos días después de que una treintena de manteros llevaran a cabo una protesta en la zona alta de la Rambla. Quejándose, entre otras cosas, de un aumento de la presión policial. Una presión que no parecía tal al principio del mandato de Colau.
Denuncias de permisividad con el 'top manta'
El pasado mes de agosto, Colau proclamó que que la solución al top manta "no será policial". En las mismas fecha en que los comerciantes de Barcelona denunciaran lo que a su entender era una actitud permisiva del ayuntamiento con la venta ilegal, y que desde la Guardia Urbana se vertieran también críticas contra el equipo de gobierno.
BComú insistió entonces en que la solución debía pasar por un plan social para encontrar salidas laborales a los manteros, e incluso en "buscar complicidades" con los propios vendedores ambulantes. Que fueron incluidos en la mesa de trabajo sobre el top manta, para disgusto de los comerciantes, que respondieron plantando la negociación.
Manteros en la plaza de Sant Jaume
Durante el otoño, se sucedieron las imágenes de manteros llevando a cabo su actividad en pleno centro de la ciudad –incluso frente al Ayuntamiento–, así como las críticas de la oposición, acusando al gobierno municipal de provocar un "efecto llamada" con su línea de actuación.
Por esas fechas se produjo el punto de inflexión. En noviembre, Mossos d’Esquadra, Guardia Urbana y Policía Portuaria llevaron activaron un dispositivo especial contra la venta ambulante, en lo que se consideró como un cierto cambio de actitud del consistorio. Un cambio que confirman las propias quejas de los manteros de este fin de semana.
El consistorio reconoce "presión"
El Ayuntamiento asegura que no ha cambiado su línea respecto al top manta. Desde el consistorio señalan a este medio que su posición es "la misma de siempre", que la solución al fenómeno "no puede ser sólo policial", y que es necesario un "abordaje social" de esta problemática. También reconocen que existe "presión" mediática sobre el equipo de gobierno, y afirman que no les llevará a "modificar nuestras actuaciones".
A la vez, el consistorio se sacude parte de la presión señalando a otros 'culpables'. Cita el último informe del Síndic de Greuges para reclamar "implicación" de todas las administraciones y cuerpos policiales. "No es sólo competencia de la Guardia Urbana", indican desde el ayuntamiento. Y apuntan que la actuación policial no debe pasar sólo por perseguir a los manteros, sino también a las redes de falsificación de los productos, que "muy a menudo se almacenan fuera de la ciudad". A la vez, indican que han estado reclamando una "acción coordinada" al resto de administraciones "desde el verano".
También este lunes, la oposición ha atacado al gobierno de Colau por el 'top manta'. La presidenta del grupo de Ciudadanos, Carina Mejías, ha pedido a la Fiscalía que "actue de oficio" ante lo que entiende que es "permissividad municipal". El líder municipal del PSC, Jaume Collboni, por su parte, ha amenazado con la retirada de los socialistas de la mesa de trabajo del 'top manta' si no se favorece que vuelvan a ella los comerciantes.