El presidente de la Generalitat, Artur Mas, durante su comparecencia ante la Diputación Permanente del Parlament

El presidente de la Generalitat, Artur Mas, durante su comparecencia ante la Diputación Permanente del Parlament

Política

Mas se presenta como víctima de una "persecución" del Estado

La oposición rechaza la teoría de la conspiración planteada por el president para justificar el 3% y para concluir que España es "un país del que es mejor marcharse"

3 septiembre, 2015 01:12

Las explicaciones del presidente de la Generalitat, Artur Mas, en relación a la presunta financiación ilegal de su partido no han convencido a los partidos de la oposición.

La intención inicial del dirigente nacionalista era la de comparecer ante la Diputación Permanente del Parlament para “dar cuenta” de la convocatoria electoral del 27S. Un planteamiento que había sido criticado por PSC, PP, ICV y C’s por considerar que, en realidad, escondía motivaciones electoralistas.

Pero la operación judicial del viernes pasado –que incluyó los registros policiales de las sedes de CDC y de su fundación, la CatDem-- truncó los planes de Mas. Todos los partidos excepto CDC, ERC y la CUP han forzado a Mas a responder por esas actuaciones.

Y han logrado que el conocido popularmente como el ‘3%’ –desde que así lo denunciara Pasqual Maragall hace diez años-- haya sido el tema principal de la sesión.

“Un Estado que persigue políticamente”

En sus dos intervenciones, Mas ha pasado al contraataque y se ha presentado como la víctima de “un Estado que persigue políticamente a determinada gente” y que es capaz de “hacer montajes para acabar políticamente” con sus adversarios.

“A estas alturas de la película, yo ya no creo en según qué casualidades”, ha señalado en relación a los registros realizados cuatro semanas antes de las elecciones del 27S. Y ha señalado –para reforzar su tesis—que la prensa alertó a varios dirigentes de CDC de que se iban a producir los registros la noche antes de que se llevasen a cabo.

"Un país del que es mejor marcharse"

“He visto en mi propia trayectoria cómo pasaban cosas a las que se les daba gran importancia y después acababan exactamente en nada”, ha insistido.

Mas ha apelado a la presunción de inocencia de los investigados. “Si en este país cada vez que una investigación está en marcha eso ya es la prueba de un delito fehaciente, estamos construyendo un país del que es mejor marcharse”, ha indicado para construir su relato, y ha comparado la situación que sufre con el “far west”, la “inquisición” y los “regímenes dictatoriales”.

Las anotaciones pretendían evitar donaciones del 3%

El presidente de la Generalitat también ha entrado al detalle de las acusaciones sobre la financiación ilegal de CDC. Y ha justificado que las anotaciones halladas por la policía en un documento en la caja fuerte de la constructora Teyco con cálculos del 3% del valor de las obras adjudicadas no es una contabilidad de comisiones ilegales sino que, al contrario, son los cálculos para evitar que las donaciones coincidiesen con el 3% y así evitar sospechas.

“Es verdad que el señor Jordi Sumarroca calculaba un 3%, eso es verdad. Ahora, diré por qué creo que lo hacía así, y me parece que lo han explicado ellos mismos. Si resulta que anotaba este 3% famoso, y ninguna de las aportaciones a la fundación de CDC coincide con el 3%, y todas son muy inferiores, ¿qué valor tiene el 3%, si después resulta que no es una realidad? ¿Qué dicen ellos? El documento es de ellos. […] Y dicen: ‘Oiga, nosotros calculábamos qué quería decir el 3% para que nunca ninguna aportación a la fundación de ningún partido, y tampoco a CDC, coincidiese con el 3%’. Y tiene bastante lógica, ¿no? Porque si alguien hace aportaciones legales a la fundación de un partido, y a este partido se le acusa sin pruebas de este tema del 3%, seguro que lo que no hará es aportar un 3%, y querrá saber qué significa el 3%, para no aportarlo”, ha declarado Mas.

"Verán nuevos montajes"

En todo caso, el presidente de la Generalitat ha señalado que no ve nada sospechoso en que una constructora haga donaciones a un partido político “a cambio de nada”.

Y, para finalizar, ha lanzado un augurio que resume su intervención: “Les digo una cosa: en estas próximas semanas antes del 27 de septiembre, me juego lo que quieran a que verán nuevos montajes”.

La oposición rechaza las teorías conspirativas

Sin embargo, estas explicaciones no han persuadido a los partidos de la oposición.El líder del PSC, Miquel Iceta, las ha considerado “evasivas”, y ha señalado que “ya hace mucho tiempo que el río del 3% suena”. Por ello, le ha instado a comprometerse a asumir responsabilidades si finalmente se confirman las sospechas.

Santi Rodríguez (PP) ha lamentado que el presidente de la Generalitat haya apelado a teorías conspirativas para defenderse. Y ha recordado que el ex ministro Rodrigo Rato fue detenido poco antes de las elecciones generales, y a nadie de su partido se le ocurrió decir que “el Estado estaba atacando al PP”.

“Evolucionaron y lo hicieron diferente”

El líder de C’s, Albert Rivera, ha utilizado un tono más irónico. “Evolucionaron y lo hicieron diferente para que no los pillaran”, ha indicado para resumir las justificaciones de Mas. Y ha bromeado con que, al conocerse los registros, “las trituradoras de documentos no debían dar abasto”.

Joan Herrera (ICV-EUiA) ha rechazado el argumento de Mas de que todas las fundaciones de los partidos recibe donaciones de empresas privadas, recordando que entre CDC y el PP acumulan el 91% de todas las aportaciones.

ERC, multeta de CDC

ERC ha aplaudido la comparecencia de Mas para dar explicaciones sobre la presunta corrupción, pero ha cargado contra el Gobierno por considerar que está utilizando la justicia para obtener “rédito político”.

Y, en todo caso, ha alardeado de que en los 84 años de vida su partido no ha tenido ningún caso de corrupción política en sus filas.

CDC denuncia "una guerra sucia" del Estado

Por su parte, Jordi Turull (CDC) ha denunciado que la operación busca desacreditar a la lista de Junts pel Sí y que se trata de “una guerra sucia” por parte de los “poderes del Estado”.

“Podrán difamar, podrán amenazar, se podrán cargar a alguno, pero no se podrán cargar la causa que defendemos cientos de miles de catalanes”, ha concluido.