El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo

El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo

Política

Margallo pide que para acoger refugiados se tenga en cuenta la tasa de paro

El titular de Exteriores dice en Alemania que el reparto de refugiados entre los distintos países europeos debe tener más en cuenta la tasa de paro de cada país y las políticas y medidas que han adoptado para gestionar la inmigración

3 septiembre, 2015 09:06

El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, ha insistido este jueves en Alemania en que el reparto de refugiados entre los distintos países europeos debe tener más en cuenta la tasa de paro de cada país y las políticas y medidas que haya adoptado para gestionar la inmigración.

En su opinión, estos dos criterios "no están suficientemente considerados", frente al PIB y la población, según defiende en una entrevista con el diario 'Die Welt'.

España, tasa de desempleo del 22%

Margallo argumenta que con una tasa de desempleo del 22 por ciento, como tiene actualmente España, no se puede "ofrecer a la gente una oportunidad justa de integración", y que en los últimos años España ha invertido mucho dinero en cooperar con países de origen de los inmigrantes como Marruecos, Mauritania o Senegal.

"Es un problema europeo, pero los criterios para distribuir los refugiados deben ser justos", añade el ministro, preguntado por la posibilidad de que España acepte más refugiados de los 2.379 anunciados hasta ahora --tal como apuntó en Alemania el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy--.

Defiende las vallas de Ceuta y Melilla

El titular de Exteriores ha defendido también las vallas que separan las ciudades españolas de Ceuta y Melilla del vecino Marruecos, y ha sostenido que si no hubiese una valla y todo el mundo pudiese "viajar a Calais y a Hannover eso no sería lo que se espera de España”.

Sobre la guerra civil en Siria, Margallo ha dicho que la única solución pasa por negociar con el presidente, Bashar al Assad, y conseguir que la comunidad alauí, un 11 por ciento de la población, tenga un papel; no el propio Al Assad, "que debe irse".