El consejero de Salud, Boi Ruiz

El consejero de Salud, Boi Ruiz

Política

Mas no parará la destrucción de la sanidad (3): Pleno de salud: Ruiz admite querer marginar el derecho administrativo

Deliberadamente, Mas usó la separación de CDC y UDC para hacer pasar por alto el pleno de sanidad. Él y Ruiz se mostraron decididos a destrozarlo todo. Quieren aniquilar la sanidad pública y hacerlo rápido. Ya reconocen querer marginar el derecho administrativo, lo que favorecería la corrupción. Los favorables a la sanidad pública deben poder formular y exponer mejor sus criterios.

23 junio, 2015 09:18

Después de treinta años sin haberlos, el miércoles hubo un pleno del Parlamento autonómico sobre sanidad. A la vista del resultado se podía haber esperado 30 años más. La primera barrera defensiva fue el cinismo de Boi Ruiz. La segunda, el indecente control mediático posterior. Sin embargo, me atrevo a citar un verso del mejor poeta obrero catalán del siglo XX, Joan Salvat-Papasseit: "Res no és mesquí, ni cap hora és isarda".

Su desarrollo quedó afectado por la llegada a su cenit de la trifulca entre CDC y UDC. No fue por azar. Entonces, una destacada fuente de CDC me hizo saber que la coincidencia en el tiempo del debate sanitario y la rotura entre CDC y UDC había sido premeditadamente buscado por CDC. Por eso CDC efectuó un "ultimátum", como dijo UDC. La coincidencia en el tiempo era por CDC un factor importante. Nada fue un azar.

La fuente me dio detalles. No querían que las portadas de los periódicos del día siguiente se refirieran a aquel pleno, pese a estar esencialmente controlados por la Generalidad, salvo mínimas rendijas. Lo lograron: la información sobre el pleno de salud fue tapada por la información sobre el fin de la federación CiU.

La Vanguardia, callando descaradamente

Lo más gordo es que La Vanguardia del sábado no publicó ni una línea de las conclusiones del pleno, ni nada del tema, a pesar de que aquellas conclusiones fueron hechas públicos el viernes, después de haber sido acordadas por CDC y ERC desde inicio. Los diarios del sábado que quisieron las publicaron, siempre muy marginalmente. Las conclusiones, en cualquier caso, estaban destinadas a ser pasadas por el forro por Mas. Los que quieren seguir la agonía de la sanidad pública y aún compran La Vanguardia cometen un grave error. Otra equivocación es que muestra el miedo cerval que el tema produce en Mas. Los partidos contrarios a aquel silencio deberían obrar en consecuencia.

Ahora bien, hubo novedades positivas. Por primera vez, una diputada (Carmen Pérez, de Ciudadanos) se refirió en el Parlamento, y de manera solemne, a que en el 2012 hubo en Cataluña un incremento de la mortalidad del 5,3 por ciento, Lo calculé yo mismo hace meses y lo he estado publicando, primero como primicia y después como justificada base de muchos de análisis, desde el lejano 3 de diciembre de 2013.

Aumento acreditado de la mortalidad

Era y es así. Habrá reacción a la intervención de la diputada? No lo creo. Además de no leerme, lo excusable, también harán ver que no escucharon a la diputada Carmen Pérez. Son así y todavía pueden ser peores. El 23 de febrero de 2015 en publiqué un informe aún más detallado.

Añado que, poco después de mi primicia, el boletín del Sindicato de Médicos de Cataluña pidió a sus miembros cuál creían que era la causa de aquel enorme aumento de la mortalidad en Cataluña. Un 78 por ciento de los médicos afirmó que eran "los recortes sanitarios" de la Generalidad. Pero continuó y continúa el silencio mediático. Sólo yo lo reproducir.

Eliminar de la sanidad pública el derecho administrativo

Otro hecho capital del pleno es la confesión formal de Ruiz de querer poner "elementos de derecho mercantil" en el hoy lógicamente obligado derecho administrativo para, dijo, agilizar la gestión del dinero (público) de la sanidad catalana. Lo he estado exponiendo durante meses, como uno de los más grandes peligros, o tal vez el más grande. Sería alimentar de forma descarada la corrupción ya existente en la sanidad catalana. La Generalidad no sólo destruye la sanidad pública y aumenta la mortalidad sino que además quiere cargarse una distinción jurídica -la existente entre derecho civil y el mercantil, por un lado, y administrativo, por el otro. Por falta de ambición y por tontería no quedan.

Como escribía yo mismo el pasado 15 de abril "están obsesionados en marginar el derecho administrativo, mejor garantía contra la corrupción". Impedirlo debe ser absolutamente prioritario. No solo para defender la sanidad pública sino también el Estado de derecho. Yo ya lo he escrito varias veces pero oficialmente la Generalidad no ha dicho nada. Hay que agradecer el bocazas Ruiz su insolente confirmación.

El cinismo radical de ERC

Otra revelación también clave fue la actitud de ERC. Su cinismo fue de una claridad meridiana. A pesar de que la convocatoria del pleno, que ERC había firmado, había sido para condenar "las políticas de Boi Ruiz", una vez más ERC salvó descaradamente al inefable consejero. ERC volvió demostrar que se ríe de todo lo que no sea conseguir el poder por el poder. Aconsejo buscar y escuchar en internet las intervenciones de Oriol Junqueras y del gran paradigma de la ignorancia que es Alba Vergés, portavoz de ERC en sanidad. Tienen un hígado como un armario.

Mas y Ruiz faltaron a la verdad de forma sistemática. Respecto al escándalo Innova, con sus 40 imputados, superaron los límites de la decencia. Es un frente que requeriría un ataque preciso por parte de partidos que son capaces, pero que a menudo no quieren efectuarlo.

Josep Prat y Artur Mas, un vieja y fuerte relación

Los que hayan cometido errores lo han de aclarar, aunque la certeza de las certezas es que Josep Prat siempre ha sido un hombre de CDC y en concreto de Mas. Como director general del Servicio General de la Salud (CatSalut) estuvo despachando sistemáticamente con Artur Mas. Años después, le hizo su asesor áulico en sanidad. El modelo Innova era el modelo que CDC quería aplicar a toda Cataluña.

El Parlamento autonómico volvió a demostrar que no es, por desgracia, el lugar más apto para la obligada y urgente aclaración de la monstruosa destrucción de la sanidad catalana. Por ello, estoy proponiendo a diversas fuerzas políticas que organicen, de la manera más amplia posible, sin ningún apriorismo, una serie de debates públicos, estructurados y articulados, con presencia de los medios, que lleven a cabo lo que no ha sido posible en la Cámara autonómica.

Una comisión cívica sobre sanidad

No se trata de repetir lo que quería ser el "Tribunal Bertrand Russell" sobre la guerra de Vietnam, ni el raport Rettig chileno, ni los magníficos debates públicos, buscando la reconciliación, que hubo en Sudáfrica, después del apartheid. Contemplaría un tema menos grave. Lo que lo hace más grave es su maldad estructural. Nos ha llevado a un desastre enorme y puede llevarnos a uno peor.

Los debates que he mencionado, en particular el Sudafricano, fueron un modelo de exposición pública y de voluntad de superar una maldad. Lo que habría que es una exposición ponderada y clara de la mayor monstruosidad cometida por Mas. Haría que el voto del 27S fuera cualitativamente mejor, más consciente. La manera de obrar de La Vanguardia y de TV3 son modelos a superar, a contradecir. Contra silencio y mentiras, voces y verdades.

Liquidar la pública, favorecer la privada

Ruiz puso de relieve otra gran maldad en hablar mil veces de CatSalut, no el Instituto Catalán de la Salud, aunque mostrando la tarjeta del CatSalut como si fuera el remedio para todos los males. No es nada banal. Quiere que el CatSalut disponga de todo el dinero y desde allí llevar a cabo la definitiva privatización de todo. Unifican la caja, primando la privada y marginalizando la pública. Por eso no hablan de titularidad ni de "privatización". Si destruyen lo público sólo quedará del privado: objetivo alcanzado.

La creación del SISCAT (Sistema Integral de Utilización Pública) como una ampliación de la XHUT (Red Hospitalaria de Utilización Pública) ha consagrado en los hospitales con ánimo de lucro como parte integral de un sistema de pago público. A su vez ha habido una destrucción brutal de Instituto Catalán de la Salud (ICS).

Muestra que se quiere convertir toda la sanidad hasta ahora pública en un sistema cada día más privado y peor. El ICS pasaría de ser central a convertirse en residual, por estar mal financiado, o sea ahogado. Esto se ha de explicar muy bien, de manera comprensiva y detallada. Hasta ahora ha sido imposible efectuarlo. Se necesitan, por tanto, nuevos instrumentos. Tendremos que hablar en otros capítulos de esta serie. Su título ("Mas no parará la destrucción de la sanidad") ha quedado reafirmado por el reciente pleno. Lo que no ha quedado clara, como debería, es la vía para pararlos los pies rápidamente.