El ex presidente de la Generalitat Jordi Pujol, imputado por los presuntos delitos de fraude fiscal y blanqueo de dinero, ya fue más que salpicado por el escándalo en los años 80, cuando también estuvo imputado, en relación al caso de Banca Catalana. Para ese caso, contó con la representación de un prestigioso penalista de la época, Joan Piqué Vidal. Que luego ha tenido problemas judiciales aun más graves que Pujol. Hasta el punto de ser condenado por colaborar con el narcotráfico mexicano.
Piqué Vidal ha recibido una condena de un año de cárcel por el 'caso Tacos', que arrancó hace diez años. Vidal se ha declarado culpable de blanquear dinero para el cártel de Sinaloa, aceptando así la condena de un año de prisión que pidió finalmente la Fiscal, que al inicio de la vista solicitaba una pena mucho más dura, de nueve años de cárcel. El resto de imputados vieron como sus penas se rebajaban de seis años a seis meses.
La barrera de los dos años
Las penas inferiores a los dos años no suelen comportar en España ingreso en prisión -si no hay antecedentes penales previos-, aunque en los últimos años los tribunales están ordenando cárcel en ocasiones para penas menores, en casos especialmente mediáticos. Sin embargo, este no es el caso de Piqué Vidal, que ya fue condenado en 2007 a siete años de prisión por prevaricación, soborno y detención ilegal junto al ex juez Lluís Pascual Estevill, ambos cercanos a CDC.
Según algunas interpretaciones y especulaciones, la extraordinaria rebaja en las peticiones de cárcel podría deberse a algún pacto entre bastidores por el que Piqué Vidal, que ha sido abogado de nombres muy destacados en la política y la economía de las últimas décadas, podría haber aportado a la Fiscalía las claves para juzgar a algún peso pesado.