"Resulta fácil sospechar que [al elegir una fecha en medio del puente de la Mercè para las elecciones del 27S] se busca un descenso de la participación en el área metropolitana -donde el nacionalismo ha obtenido siempre menos apoyos- que permita un trágala político. Se trata, pues, de una convocatoria con trampa que quiere maximizar la movilización soberanista y retraer a la mayoría social catalana, que sigue sin ser secesionista"
Joaquim Coll, historiador, impulsor de Federalistes d'Esquerres y de Sociedad Civil Catalana, en un artículo publicado este sábado en El País:
"[...] La convocatoria anunciada por Artur Mas es democráticamente legítima, pero las formas no lo son tanto. No estamos frente a hechos menores o irrelevantes, ya que en algún grado pueden tener consecuencias en la participación y, por tanto, en los resultados electorales. Como el propio Mas se encargó de recordarnos, la fecha elegida no es inocente. El domingo 27 de septiembre se cumplirá un año de la firma del decreto de convocatoria de la consulta soberanista del 9 de noviembre. La pluma estilográfica que el president estrenó aquel día para estampar su rúbrica fue depositada rápidamente en el Museo de Historia de Cataluña para que todos los escolares puedan revivir en los años venideros tan histórico acontecimiento.
[...] Casual o no, lo cierto es que unas elecciones convocadas con vocación plebiscitaria, a la que los catalanes son llamados para dirimir, según Mas, si quieren dar un paso firme hacia la independencia, se van a desarrollar en medio de fiestas y puentes. Primero la Diada, que cae en viernes. Y luego la fiesta patronal de la Mercè, el día 24 de septiembre, que es el último jueves antes de la votación, lo que posibilita un puente de cuatro días no solo en Barcelona capital sino también en otros municipios metropolitanos, como Cornellà, Santa Coloma o L’Hospitalet, la segunda ciudad de Cataluña. Esa festividad afecta a cerca del 30% de los más de cinco millones de electores llamados a las urnas. No parece que algo así no haya podido ser tenido en cuenta, sino que más bien se ha decidido con “alevosía”, como ha declarado a Economía Digital el catedrático de Ciencia Política de la UAB Joan Botella: 'El soberanismo lleva meses intentando una división entre territorios y pretende fomentar la abstención en las zonas urbanas'.
[...] Ambas fechas establecen un principio y un final emocionalmente propicio para alentar una mayor participación del soberanismo, a costa seguramente de una menor movilización en el área metropolitana por el puente de la Mercè. No es tampoco casual que sea esta la zona donde el nacionalismo haya obtenido siempre menos apoyos.
[...] Pero lo peor de todo es que resulta fácil sospechar que se busca un descenso de la participación en el área metropolitana que permita un trágala político. Se trata, pues, de una convocatoria con trampa que quiere maximizar la movilización soberanista y retraer a la mayoría social catalana, que sigue sin ser secesionista".