"España necesita más que nunca la Constitución de 1978. Y nosotros queremos ponerla nuevamente en valor". Así concluye la denominada Declaración de La Granja, que el PP ha presentado este sábado en esa localidad segoviana y que supone una respuesta a todos aquellos partidos -principalmente el PSOE- que en los últimos tiempos defienden una reforma constitucional.
El manifiesto, de seis páginas, tilda la Carta Magna de "éxito sin precedentes en nuestra historia contemporánea", que ha permitido "construir un proyecto político para todos los españoles, un marco para la libertad, para la concordia, para el desarrollo y la prosperidad de nuestro país".
Desarrollo económico y Estado del bienestar
El manifiesto destaca que, en el momento de la aprobación de la Constitución de 1978, "España venía de ser un país en vías de desarrollo y se ha convertido en una economía competitiva y moderna, con un sólido Estado del bienestar en el que la sanidad, la educación, los servicios sociales, las pensiones y la asistencia a los más desfavorecidos están garantizados".
También subraya los grandes avances que, gracias a la protección de la Carta Magna, se han realizado en materia de infraestructuras ("lo que ha contribuido a la cohesión y a una mejor vertebración económica, social y territorial"), la investigación, el desarrollo de las nuevas tecnologías, la conservación del medio ambiente, y la competitividad de la economía.
Descentralización y singularidades territoriales, culturales y lingüísticas
"España venía de ser un Estado centralista y ha pasado a constituirse como un Estado altamente descentralizado, que busca la cercanía de sus políticas a los ciudadanos desde las administraciones autonómicas, provinciales, insulares y municipales, y que reconoce y ampara la riqueza que representan las singularidades territoriales y culturales dentro una gran nación", subraya la Declaración de La Granja.
Y añade: "Nunca las lenguas y rasgos propios de la diversidad española estuvieron tan presentes en la conciencia del conjunto de los ciudadanos, ni tan protegidos por el ordenamiento jurídico y constitucional. Hoy los españoles hablamos el castellano, nuestra lengua común, y sentimos, con plena certeza, que las demás lenguas cooficiales forman parte inseparable de nuestra identidad nacional y de nuestra riqueza".
"Es preciso, pues, ratificar la vigencia del Estado de las Autonomías como organización territorial idónea para gestionar el alto nivel de autogobierno conseguido y como instrumento que, desde la cohesión social, la colaboración y la lealtad institucional, nos permite alcanzar juntos las cotas de bienestar que merecemos los españoles", insiste.
La mejor herramienta contra la crisis y la corrupción
El manifiesto defiende que "el espíritu de la Transición debe preservarse siempre", ya que "la Constitución consigue la mejor versión de España y de los españoles". "Una España a la que se mira y admira en el mundo, unos españoles que han hecho de la solidaridad y del progreso, de la alternancia política y la descentralización una moderna seña de identidad", añade.
Y considera que la actual Carta Magna es la mejor herramienta para luchar contra la crisis y la corrupción: "Estamos convencidos de que sin nuestra Constitución la superación de esta crisis será mucho más difícil y de que sin democracia representativa y transparencia no existe la regeneración política verdadera".
Advertencia contra los "populismos" y las "soluciones demagógicas"
"Desoigamos populismos, cantos de sirena, soluciones demagógicas, reclamos y eslóganes propios del oportunismo político, que solo contribuyen a la destrucción de lo que con tanto esfuerzo hemos conseguido", remarca el texto.
Y concluye señalando que "la Constitución Española de 1978 significa respeto mutuo, integración, unidad, libertades públicas, progreso económico y social, solidaridad e igualdad de todos los españoles".
Toda reforma debe responder al "interés general de los españoles"
Durante el acto de presentación -al que han acudido la mayoría de los 'barones' del PP-, el presidente del Gobierno y líder del partido, Mariano Rajoy, ha advertido de que, aunque la Constitución "no es intocable", cualquier reforma debe supeditarse al "interés general de los españoles".
"La Constitución no es intocable, pero no es un juguete, no admite ni bromas ni frivolidades. No somos fundamentalistas de esta Constitución, pero no son estos momentos de ocurrencias, de frivolidades o eslóganes que sólo muestran la desorientación de quienes las hacen", ha subrayado.
Descarta buscar el "encaje", el "acomodo" o el "privilegio" de algunos
Rajoy ha descartado abrir el debate de una reforma constitucional para buscar el "encaje", el "acomodo" o el "privilegio" de algunos. Y ha recordado que las diferencias y pluralidades ya están recogidas en la actual Constitución.
"En todos los países civilizados, por encima de las diferencias está la igualdad. Sobre la exaltación de las diferencias jamás se levanta nada útil al conjunto de los ciudadanos", ha sentenciado.