En época de crisis y de recortes, el Gobierno de la Generalidad aumenta significativamente la partida destinada a la Agencia Tributaria de Cataluña (ATC), el embrión de "Hacienda propia" que proyecta el presidente autonómico, Artur Mas. Y no por casualidad: la hacienda propia es parte fundamental de la hoja de ruta unilateralista hacia la independencia planteada por Mas.
Según ha explicado este martes el consejero de Economía y Competitividad, Andreu Mas-Colell, en el pleno del Parlamento autonómico en que ha presentado el proyecto de presupuestos de la Generalidad para 2015, la partida de la ATC será de 35,9 millones de euros, lo que representa un incremento del 25,7% respecto a los presupuestos del año anterior. Con el matiz de que este proyecto de presupuestos debe tramitarse aun en el Parlamento autonómico, con las posibles modificaciones que puedan producirse en el texto final.
Pese al muy notable incremento, Mas-Colell ha hecho una pirueta dialéctica para asegurar que no está en contradicción con unos presupuestos continuistas -como considera que son los de 2015-, ya que, según ha argumentado, el reforzamiento planeado para la ATC también se debe considerar como continuista.
Mas-Colell ha explicado que el aumento de gasto es necesario porque el Gobierno autonómico tiene la intención de asumir este 2015 tanto la recaudación del Impuesto de Patrimonio como la recaudación ejecutiva -es decir, la recuperación de la morosidad-. Para este último concepto, según ha explicado, la Generalidad tiene competencias, pero no infraestructura suficiente, por lo cual esta recuperación ejecutiva la lleva a cabo la administración central del Estado, a cambio de un pago de la Generalidad de unos nueve millones de euros anuales.
La hacienda propia, pilar de la vía unilateralista
Pero además de estas consideraciones prácticas, lo cierto es que las motivaciones políticas no solo no deben excluirse, sino que parecen fundamentales. En la nueva hoja de ruta independentista de Artur Mas se contempla un periodo transitorio de 18 meses entre unas elecciones plebiscitarias y otras con carácter "constituyente".
Un periodo en el cual la aspiración es construir las llamadas "estructuras de estado" que permitan funcionar a una hipotética Cataluña separada del resto de España desde el primer minuto de la secesión. Y, entre ellas, una de las más fundamentales es una hacienda operativa, con capacidad para recaudar impuestos. Especialmente, ante el panorama de dificultades de financiación que se augura ante una secesión unilateral.
Y el propio Mas-Colell ha dejado traslucir el carácter político de este aumento del presupuesto de la ATC, cuando ha afirmado que este incremento del gasto debe llevarse a cabo pase lo que pase a nivel político en Cataluña, porque "cada institución que no se deteriore es una potencial estructura de Estado que no se deteriora".