El partido a priori más radicalmente independentista del Parlamento autonómico, la CUP, que fue también el primer aliado -relativo- que encontró el presidente de la Generalidad, Artur Mas, cuando anunció su simulacro de consulta secesionista del 9N, está muy lejos ahora de compartir el mismo entusiasmo por la nueva hoja de ruta rupturista de Mas. En concreto, la CUP no comparte la "obsesión" del presidente autonómico y su entorno por presentar una lista única independentista a unas hipotéticas elecciones autonómicas convocadas en clave de plebiscito sobre la secesión.

Así se ha expresado el diputado autonómico cupaire David Fernández, que en declaraciones a la prensa en los pasillos del Parlamento autonómico ha dicho que, desde su formación, "no entendemos esta obsesión por la lista única para que se entienda el independentismo internacionalmente".

"Se pueden sumar igualmente las candidaturas que quieren la independencia aunque no vayan juntas", ha razonado Fernández, que ha apuntado también que la propuesta lanzada ayer por Mas "tiene un punto de perversión política que es un todo o nada: o lo coges o esto se acaba".

A la vez, el diputado de la CUP ha interpretado -como han hecho otros dirigentes políticos catalanes- que el plan de Mas es en realidad un arma de presión a ERC para que acepte la candidatura única que CiU ha venido ofreciendo desde hace semanas, y que la formación de Junqueras había rechazado hasta ahora. "Es una OPA a ERC", ha llegado a decir Fernández, que ha explicado que se reunirá este miércoles con el presidente de ERC, Oriol Junqueras.

Un plan "previsible"

Por su parte, la también diputada cupaire Isabel Vallet ha tildado de "previsible" el plan de Mas, y le ha pedido que convoque ya elecciones anticipadas.

Como Fernández, Vallet se ha mostrado reticente ante la lista única secesionista que propone el presidente autonómico, porque considera que la "complejidad" no se resuelve con una candidatura unitaria.

A la vez, ha mostrado otro punto de distanciamiento con CiU y la lista única que propone Mas, al señalar que, durante el año y medio que este señala en su plan desde las elecciones hasta un referéndum independentista y nuevas elecciones "constituyentes", no se debe "congelar" la realidad social.