En tiempos de recortes y de austeridad generalizada en las administraciones, la Diputación de Barcelona es una excepción. La institución ha aprobado este jueves sus presupuestos para 2015, que ascienden a 811 millones de euros, un 9,5% más que el presupuesto del año anterior.
La decisión la ha tomado el pleno de la Diputación de Barcelona con un curioso equilibrio de fuerzas: han votado a favor de las cuentas los representantes de CiU, el PSC y ERC, mientras que los del PP y de ICV-EUiA se han abstenido. No se ha registrado ningún voto en contra.
En declaraciones posteriores a la prensa, la Diputación ha defendido este incremento de los presupuestos con una doble argumentación, por boca del diputado de Hacienda, Recursos Internos y Nuevas Tecnologías, Carles Rossinyol.
Más aportación del Gobierno
Según ha explicado Rossinyol, una parte del incremento se explica porque también han aumentado, un 4,24%, los ingresos que aporta el Gobierno a la institución. Pero además, según ha reconocido, la Diputación ha pedido un crédito de 73 millones de euros. Rossinyol ha defendido la decisión de pedir este crédito, explicando que ha de servir para satisfacer "demandas muy razonables del mundo local".
También en referencia a este crédito, Rossinyol ha añadido que el endeudamiento de la Diputación de Barcelona en 2014 equivalía al 13% de sus ingresos corrientes, y que este porcentaje se elevará en 2015 hasta al 24%. A pesar de este aumento del endeudamiento, Rossinyol ha calificado las cuentas de la institución de "absolutamente saneadas".