Elvira Lindo, escritora y periodista, en un artículo publicado este domingo en El País:
"[...] En toda la retórica sentimental en torno al asunto catalán se ha teorizado ampliamente sobre el cariño que debíamos demostrarle a Cataluña, o sobre la falta de cariño que los catalanes experimentaban. A mí siempre me ha parecido un argumento similar al que se emplea con un adolescente: si se comporta de manera esquiva es porque quiere que le queramos más. Pero, por una vez, sobre todo llegados a este extremo, deberíamos poder mostrar, aquellos que no somos catalanes pero tampoco seguidores de un españolismo reaccionario, deberíamos, repito, desnudar nuestro corazón: ¡también lo tenemos en el lado correcto! Ese corazón que, al escuchar de pronto a un amigo catalán que desea la independencia, se queda acongojado. Puede que tal vez ese amigo, acostumbrado a creer que cualquiera que contradiga sus aspiraciones es un reaccionario, no caiga en la cuenta de una razón que aun siendo esencial se le escapa, y es que defendiendo una frontera no se van a quebrar sólo los lazos políticos en abstracto. Hay algo más real en todo esto. Lo esencial aquí, además de las consecuencias económicas para las dos partes, es que lo que se podrían perder son las amistades. Y eso, ¿a nadie le importa?".