La dimisión de Joaquim Brugué como miembro de la Comisión de Control del 9N, a los tres días de haber sido nombrado, por "falta de garantías democráticas" y de neutralidad política, ha servido a los socialistas catalanes para criticar a los partidos que avalan celebrar la consulta independentista -anulada por el Tribunal Constitucional- el 9 de noviembre. Entre otras cosas, por la "debilidad jurídica" que la propia dimisión de Brugué habría puesto de relieve.
Así lo ha manifestado este lunes la portavoz del PSC, Esther Niubó, para quien la renuncia de Brugué como miembro de la Comisión de Control de la Ley de Consultas demuestra la "debilidad jurídica" con la que los partidos nacionalistas tratan de impulsar la consulta del 9 de noviembre.
"Es imposible que la consulta del 9 de noviembre se pueda celebrar de manera válida", ha opinado Niubó, en rueda de prensa en la sede del partido, tras la reunión de la ejecutiva. precisando que no ve posible que el 9N tenga plenas garantías democráticas.
Critica el plan secreto
Niubó ha considerado que las formaciones proconsulta están abordando el 9N con "falta de transparencia, silencio, opacidad y hermetismo", al mantener en secreto los acuerdos a los que dicen haber llegado en la maratoniana reunión del pasado viernes.
Así, la portavoz socialista ha emplazado a estos partidos a "decirnos la verdad y acabar con esta ceremonia de la confusión". "Vivimos unos últimos días de gesticulaciones que no llevan a la consulta, sino que corresponden a un escenario preelectoral", ha señalado.
A la vez, la portavoz socialista ha repetido la receta del partido para llevar a cabo una consulta "legal y acordada", cuando ha advertido a estos partidos y al presidente de la Generalidad, Artur Mas, de que es preferible celebrar una consulta negociada en el 2016, que un "simulacro en 2014", que acabaría resultando ser un fracaso para los ciudadanos, según ha expresado.