El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, ha declarado al ser preguntado por la situación en Cataluña que “cada caso, cada país, es distinto” y que, en consecuencia, no se puede comparar Escocia con Cataluña porque en España existen “restricciones constitucionales” que impiden la organización de un referéndum.
Van Rompuy ha añadido que la posición que Cataluña ostenta dentro de España es también “muy diferente” a la que tiene Escocia y ha instado a reencontrar el equilibrio en el cual se fundó Europa, porque la identidad es “importante” pero aún lo es más “estar unidos en la diversidad”.
Según el presidente del Consejo, "lo fácil es caer en la polarización y los extremos", mientras que mantener el equilibrio es "un esfuerzo", pero un esfuerzo que merece la pena porque es la base de la Unión Europea y el fin de las identidades contrapuestas.
El nacionalismo y la religión, dos caras de la misma moneda
Herman Van Rompuy también considera que el auge del nacionalismo que asuela parte de Europa se debe al “miedo” y “dudas” que genera la globalización y la crisis económica.
El dirigente europeo ha comparado la efervescencia nacional que están experimentado algunas regiones de Europa con los conflictos religiosos de otras parte del mundo: “La gente busca identidad. Algunos la buscan en la religión, que explica parcialmente lo que pasa en otras partes del mundo, y otros buscan identidad en una base nacional”.