La confesión del ex presidente de la Generalidad y presidente fundador de CiU y CDC, Jordi Pujol, reconociendo que él y su familia ocultaron una fortuna a Hacienda en un paraíso fiscal durante más de tres décadas, ha dejado a su partido en estado de shock.
Desde las filas convergentes son conscientes de que el reconocimiento de Pujol de haber cometido fraude fiscal durante 34 años, después de haberlo negado reiteradamente todo ese tiempo y, especialmente, los últimos años, dejan al partido herido de muerte en el peor momento, cuando las expectativas electorales se sitúan en el punto más bajo de su historia.
"Refundación"
La respuesta de CDC a esta situación es, de momento, una huida hacia adelante a la desesperada. Este mismo domingo, el secretario de Organización del partido, Josep Rull, prometía "una refundación" de CDC "actualizando los valores y los principios fundacionales de la formación".
Así lo aseguraba durante la clausura de la escuela de verano de las juventudes de CDC. Una "refundación" de la que, en todo caso, no dio más detalles y que es difícilmente creíble. Especialmente si se recuerda que CDC tiene su sede central embargada desde hace tiempo para hacer frente a una fianza multimillonaria por su implicación en el desfalco del Palau de la Música y en el supuesto cobro de comisiones ilegales. Una situación por la que, sin embargo, nadie en el partido asumió la más mínima responsabilidad.
Descartan celebrar la consulta el 9N en caso de prohibición
Por otra parte, este lunes, El Periódico avanza el supuesto 'plan B' que la formación nacionalista estaría preparando para responder a la más que probable suspensión del referéndum secesionista que promueven para el próximo 9 de noviembre.
Según el diario del Grupo Zeta, CDC descarta hacer la consulta en contra de la previsible prohibición por parte de los tribunales -como le reclaman los sectores independentistas más radicales- porque "no habría garantías para que las urnas tuvieran recorrido internacional y, ante una posible baja participación, no serían suficientemente legítimas", y porque "podría ser que la delegada del Gobierno, Llanos de Luna, se quedara con la gestión de los funcionarios catalanes o la policía, o TV3".
Unas plebiscitarias... en 2016
Los planes de Rull pasarían por convocar unas elecciones autonómicas en clave plebiscitaria pero, sorprendentemente, estas no se convocarían al día siguiente de constatar la imposibilidad de celebrar la consulta independentista, sino que la intención de CDC es agotar la legislatura, que termina en noviembre de 2016.
Las excusas del 'número dos' de CDC para no adelantar las elecciones son de lo más variadas: hay que "tener preparados los elementos del día D 1" -como una 'hacienda propia', un 'sistema judicial propio'-; "cuando el president dé el paso, hemos de asegurarnos de que ganamos la posición"; o hay que evitar repetir errores del pasado, como los 'Hechos del 6 de octubre de 1934' -cuando Lluís Companys proclamó el Estado catalán, que solo duró unas horas-, entre otras.
Coalición electoral con ERC, la CUP y UDC
La propuesta de CDC pasaría, además, por que todos los partidos independentistas se presentasen en coalición a esas plebiscitarias con un programa que no solo incluyese la secesión:
"[Se trata de que] todos los partidos favorables al sí creen una cosa nueva, que no tenga el nombre de los partidos, y que deje claro que si te votan y se ganan las elecciones, se dispone de un mandato claro para negociar [la independencia]".
Es decir, que CDC pretende negociar un programa electoral, al menos, con ERC y la CUP, más allá de cuestiones independentistas, de cara a las autonómicas de 2016 para después formar un gobierno de unidad con el que ir "a por todas". Según Rull, UDC también podría estar en la coalición, pues considera que tal vez "tardarán más" en aceptarlo pero augura que finalmente "esta nueva UDC lo entenderá".
Culparán a ERC del fracaso del proyecto secesionista si no aceptan la coalición
Pero Rull es consciente de las dificultades de esa iniciativa y parece ponerse la venda antes de la herida. "A algunos no les interesa y quieren un único punto programático conjunto", confiesa. Por ello, ya anuncia que, si ERC no acepta esta fórmula, CDC explicará "sin complejos" a la ciudadanía quienes son los culpables del fracaso del proyecto secesionista.
Así las cosas, todo apunta a que la nueva estrategia de CDC no es más que una forma de ganar tiempo para ver si el terremoto causado por la confesión de Pujol se diluye.