La Generalidad cierra este verano 2.091 camas de hospitales

Al día siguiente de cesar al jefe de Urgencias del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, por criticar el colapso de su servicio debido al cierre de camas en verano, y tras semanas de conflicto con trabajadores y pacientes -con el motín de Bellvitge como caso más llamativo- la Generalidad ha dado finalmente cifras: el Gobierno autonómico cierra un 16% de las camas disponibles en los hospitales públicos.

La cifra la han aportado este miércoles el director del Servicio Catalán de la Salud (CatSalut), Josep Maria Padrosa, y el responsable del Área de Atención Sanitaria del CatSalut, Àlex Guarga, en rueda de prensa para presentar el dispositivo de verano del sistema sanitario público de la Generalidad.

Padrosa y Guarga han explicado que, durante los meses de julio y agosto, se cerrará una media de 2.019 camas de las 13.072 totales -después de los recortes de los últimos años, que han reducido significativamente la cantidad-, y que esta cifra media alcanzará un pico de 3.072 camas cerradas en la primera quincena de agosto, y de 3.100 en la segunda quincena.

Ambos han argumentado que el cierre coincide con una "tradicional caída de la actividad quirúrgica y de atención primaria" en la temporada estival, que cifran en cerca de un 50%, y han asegurado que las camas cerradas volverán a abrirse en octubre.

Ruiz no ve problema alguno con los cierres

En relación a esta última afirmación, los sindicatos han señalado estos días que, en los últimos años, caracterizados por los recortes en la sanidad pública catalana, muchas de estas camas cerradas en verano no volvían a reabrirse en otoño.

Pese a estas cifras, el consejero de Salud, Boi Ruiz, ha negado que los pacientes vayan a quedar desatendidos. "Me comprometo a que que ningún enfermo público irá a ningún centro que no esté en el Sistema Sanitario Integral de Utilización Pública de Cataluña", ha proclamado Ruiz en el pleno del Parlamento autonómico, en respuesta a una pregunta de ICV-EUiA.

Ruiz también ha argumentado, frente a las críticas por la falta de camas -como la que lanzó el cesado jefe de Urgencias del Vall d'Hebron- que "una persona que espera a ser ingresada en una habitación está esperando una cama, pero no está desatendida".