A pesar de que el presidente de la Generalidad, Artur Mas, y el líder de ERC, Oriol Junqueras, han repetido por activa y por pasiva de que el 9 de noviembre habrá un referéndum para la secesión de Cataluña dentro de la legalidad, a medida que se acerca la fecha, todo apunta a que esa consulta no se celebrará.
La mayoría de los dirigentes de CiU y ERC aseguran públicamente en que la consulta se hará, pero después, en privado, reconocen que no será posible porque -con toda probabilidad- esta será suspendida por el Tribunal Constitucional, previo recurso del Gobierno, y no están por la labor de celebrar una consulta de pandereta.
De hecho, desde las cúpulas de ambas formaciones ya empiezan a hablar de 'planes B' para el caso de que finalmente no haya referéndum el 9 de noviembre.
Junqueras admite que tiene un 'plan B'
Este miércoles, en una entrevista en Catalunya Ràdio, Junqueras admitió que tenía una alternativa para ese caso, pero declinó hablar sobre ella. "Una cosa es tenerla y otra es explicarla", argumentó, porque eso "pondría las cosas fáciles a los que quieren que el proceso fracase. "La discreción es imprescindible para que todo salga bien", añadió.
Y lo ilustró señalando: "Cuando yo era adolescente y me gustaba una chica en concreto, no iba explicando a todo el mundo que, si no me salía bien, lo intentaría con otra. Es muy poco elegante, y poco efectivo. Estoy enamorado de la democracia, del referéndum".
Homs: "Tenemos todos los escenarios previstos y las respuestas pensadas"
De una forma muy parecida se ha posicionado el consejero de la Presidencia y portavoz de la Generalidad, Francesc Homs, este jueves. Durante una entrevista en RAC1, el jefe de máquinas de CDC ha asegurado que el Ejecutivo autonómico baraja alternativas a la consulta. "Tenemos todos los escenarios previstos y todas las respuestas pensadas, desde la más beligerante a la más inteligente", pero ha descartado hacerlo público "porque no hay que dar pistas al adversario", ha indicado.
"Es evidente que no podemos explicar a diestro y siniestro qué tenemos pensado ante todos estos escenarios. Eso sería absolutamente suicida", ha añadido.
Estas declaraciones se suman a las realizadas por el consejero de Empresa y Empleo, Felip Puig, el pasado domingo. "Dependiendo de lo que hagamos el 9 de noviembre, si hay consulta o nos la prohíben, que es lo que parece que quieren hacer desde Madrid, estaremos en un escenario en que el Gobierno [autonómico] de concentración nacional, de coalición, se impondrá por si mismo", señaló, dando por descontado que no habrá referéndum.
Forcadell: "Al hablar de otros escenarios, estamos deslegitimando la consulta"
Como era de esperar, estas declaraciones no han gustado a la Assemblea Nacional Catalana (ANC), una de las entidades independentistas más beligerantes. Pocas horas después, su presidenta, Carme Forcadell, ha advertido de que es negativo para sus objetivos hablar de 'planes B':
"Nos están negando el derecho a voto, y eso es muy grave. Por tanto, que sea el Estado español el que se retrate quitando las urnas, retirando las urnas, no nosostros de entrada. Nosotros como ANC, en estos momentos, contemplamos solo el escenario de la consulta. Después, cuando llegue el momento, ya se decidirá. Pero no hablemos de otros escenarios porque, si no, estamos deslegitimando el escenario de la consulta, que es el que quiere la mayoría de la sociedad catalana".
Sin embargo, fue la propia Forcadell la que, el pasado domingo, se mostró poco convencida de que pudiese haber consulta el 9 de noviembre. "La única opción que ahora trabajamos es la consulta pero, si la consulta no fuese posible, nosotros apoyaríamos cualquier propuesta que se hiciese desde el Parlamento [autonómico] de Cataluña, si fuese de forma absolutamente democrática y pacífica", señaló durante un acto de la entidad.
Posible adelanto electoral
Ante este escenario, vuelven a sonar con fuerza en los mentideros políticos catalanes -e incluso en algunos círculos de Madrid- los rumores que apuntan a que el 'plan B' de Mas pasaría por convocar unas elecciones autonómicas para el propio 9 de noviembre. Unos comicios que el nacionalismo trataría de darle un carácter "plebiscitario".
Según diversas fuentes, ante la imposibilidad de sostener las presiones del independentismo más radical desde esa fecha hasta el final de la legislatura, y a la vista de que CiU no consigue recuperar apoyo electoral, esta acción podría ser presentada por el presidente autonómico como un acto de inmolación política con el fin de cumplir su palabra de que el 9 de noviembre, de una forma u otra, se votaría en Cataluña.