Pedro Sánchez, candidato a la secretaría general del PSOE

Pedro Sánchez, candidato a la secretaría general del PSOE

Política

Pedro Sánchez afianza su candidatura para suceder a Rubalcaba al frente del PSOE

Algunas fuentes señalan que influyentes miembros de los socialistas catalanes se han decantado por el madrileño. Juegan a su favor un discurso tranquilo y sin descalificaciones, un currículum profesional notable (es doctor en Economía, habla inglés y francés, y ha trabajado fuera del partido), una edad adecuada, 42 años, y una buena imagen televisiva.

20 junio, 2014 19:38

No aparecía como favorito. El claro apoyo de la Federación Andaluza, la primera del PSOE en número de militantes, ya fue un primer aviso de que no era, para nada, un outsider sin posibilidades. Pero también el PSC, apriorísticamente más alineado con Madina, se esta decantando por Pedro Sánchez.

Teresa Cunillera, Secretaria Tercera de la Mesa de Congreso de los Diputados -y vicepresidenta segunda en la anterior legislatura- y veterana miliatante del PSC ha hecho público que forma parte de uno de los grupos de apoyo al candidato. Y no sólo eso. Algunas fuentes señalan que influyentes miembros de los socialistas catalanes se han decantado por el madrileño. Juegan a su favor un discurso tranquilo y sin descalificaciones, un currículum profesional notable (es doctor en Economía, habla inglés y francés, y ha trabajado fuera del partido), una edad adecuada, 42 años, y una buena imagen televisiva.

Por contra, Madina ha tenido que rectificar unas declaraciones suyas a favor del "derecho a decidir", se ha declarado a favor de la República -aunque ha votado la ley de sucesión-,y su discurso es más agresivo con el pasado reciente de los socialistas. Aunque su capacidad de superar un atentado sin rencor continua siendo un gran activo.

Los puntos fuertes y flacos de Sánchez

También hay que tener en cuenta otro factor que puede jugar a favor o en contra de Sánchez. Y es que, en comparación con Madina, se presenta como el candidato alternativo al aparato del partido. Este factor es contraproducente para sus intereses en un proceso congresual circunscrito a los militantes, como es el caso -no se trata de unas primarias abiertas a los simpatizantes, como pedía otra de las aspirantes recurrentes de los últimos meses, Carme Chacón-.

Pero, en este congreso, y a diferencia de otras ocasiones, la totalidad de la militancia podrá emitir su voto directo. Algo que da más posibilidades a un candidato alternativo a la dirección que en el caso de voto mediante delegados, que da muy pocas opciones a los rivales del candidato de la dirección.

Finalmente, y ante la caída de voto de los socialistas en los últimos comicios, entra dentro de lo previsible pensar que los militantes puedan sentirse más inclinados por caras nuevas, de cara a buscar una renovación radical. Algo parecido a lo que sucedió en 2000, cuando un entonces desconocido José Luis Rodríguez Zapatero se impuso a aspirantes a priori con más pedigrí, coincidiendo con el apogeo del PP de Aznar, que pocos meses antes había obtenido la mayoría absoluta, y culminando así el final del felipismo.