Ya nadie habla de la abdicación. Ahora es la dimisión del Rey, "aguanta la pedrá", que diría la periodista María Jesús Cañizares (porque llamar re-portera a una periodista debería ser delito). Las réplicas del terremoto de hace ahora una semana son extraordinarias. Duran Lleida tira la toalla, rompe con Mas y torpedea el proceso. Duran Lleida, 'el rey del Palace', abdica. Es la exclusiva del trimestre en El Periódico de Enric Hernández y uno de esos acontecimientos de carta astral y conjunción planetaria. Ratzinger abrió el ciclo histórico y desde entonces la dimisión, sea como fuga, retirada, ofensiva o claudicación, es el signo del "new deal".
Es Fernando Garea en El País quien desliza el dato exacto del peso, dimensión y envergadura del secretario general de CiU, jefe y portavoz del grupo parlamentario nacionalista en Madrid, presidente de la Comisión de Exteriores del Congreso de los Diputados y mando supremo del Comité de Gobierno de Unió Democràtica. Duran Lleida dispone de pasaporte diplomático. ¿Quién puede decir lo mismo? En Convergència braman por el cisma del "bisbe". CDC es una sociedad limitida tipo herederos de Pujol y compañía que está en una Unión Temporal de Empresas (UTE) con Unió. Hay dos corrientes de opinión en CDC: los partidarios de cambiar la cerradura, sector bizantino, y los estalinistas dispuestos a la persecución romana de los cristianos.
Pasaporte diplomático, poca coña. Después de haber dado el queo en El Periódico, Duran Lleida publica un artículo a página entera sobre el momento de España en La Vanguardia. Ni una línea han aliviado al lector, con lo que el texto está traqueado, reducido y amartillado en página. Habría que leer entre líneas, si hubiera espacio, para encajar las razones aducidas por Duran con esa especie de introducción a la Guerra de las Galias que publica el diario de Godó.
Duran es el hombre del puente aéreo, el mediador, el barómetro de la cuestión, uno de los puntos gravitacionales de la política española, el toque italiano del Vaticano. Que Duran sea el presidente de la Comisión de Exteriores demuestra hasta qué punto pueden tener razón quienes en Convergència aducen que Duran es uno de los principales dirigentes del PP. Duran va y viene. Lo mismo está en el hall del Palace tomando te que sopesando una merluza de anzuelo en la Boquería. Es ubicuo y referencial. Y se ha cargado, de paso, la exhibición castellera mundial de Òmnium Cultural. Dice El Punt Avui que el proceso "fa pinya" y Duran "fa llenya", que es el resumen soberanista de la jugada.
El líder de Unió está en la onda y en el secreto. Dimitir proporciona espectaculares resultados demoscópicos. El Mundo y El País tiran de encuesta para constatar el efecto burbuja freixenet. De la abdicación a la absolución, el Rey recibe toda clase de agasajos y en La Razón se constata que ha doblado sus apariciones. La parte gráfica de la prensa constata también el exquisito gusto del futuro monarca por los uniformes. Ayer compareció ante la patria con el atavío de Gran Almirante. Enorme debate sobre las formalidades de la entronización, coronación, toma de posesión, relevo, etcétera, etcétera. La sobriedad (austeridad ya no mola) oscila entre el acto administrativo y la nueva estética monárquica. Hay quien quisiera una cumbre de testas coronadas con misa papal en el Santiago Bernabéu y hay partidarios de las bodas civiles con la familia y poco más.
La exclusiva bizarra está en el Abc y la firma Àlex Gubern. Consiste en que unos indepes lograron colgar una estelada en el interior del Instituto Cervantes de Nueva York. Dicen los responsables del centro que ellos se limitaron a alquilar las instalaciones para una presentación de vinos y cavas de Cataluña. Ahí va:
"Dentro de las muchas actividades que acoge el Cervantes de Nueva York, el miércoles pasado se celebró un evento para promocionar los vinos de las distintas denominaciones de origen catalanas. La Asociación Vinícola Catalana (AVC) congregó a 16 productores de vino y cava para enseñar a importadores, restauradores y prensa local una muestra de sus productos. Hasta aquí todo normal, si no fuese por la presencia de una bandera independentista que se colgó detrás de uno de los mostradores que en el patio-jardín del Instituto Cervantes colocaron las bodegas para servír las copas".
Es la parte de las redes sociales la que confiere "noticiabilidad" al asunto. Escribe Gubern: "La presencia de una bandera estelada en la sede de la institución del Estado que representa y proyecta la cultura española en Nueva York causó extrañeza. Y ante las quejas que se vertieron en las redes sociales, el Cervantes aclaró en el mismo soporte: 'El acto de esta mañana fue un alquiler de espacios a una asociación exportadora de vinos, no un acto propio del IC'. Posteriormente, y mientras las quejas no cesaban, el instituto añadió: 'El IC rechaza el uso de sus instalaciones para la difusión de símbolos no oficiales contrarios al marco constitucional y ajenos a su ley de creación'".
Es el triunfo mundial de la estelada, un símbolo "contrario al marco constitucional". Semejante pavada vía twitter ensalza y mitifica la cubana. ¿Contrario al marco constitucional? Por favor... Es contraria al más elemental sentido de la estética, del equilibrio, la proporción, la geometría, la armonía y el contraste. Con eso debería bastar, pero lo mismo se podría decir de la "estanquera" y esa retórica de bazar de la marca España, que se ha traducido en una camiseta de la selección que parece un "esquijama". ¡Toma Roja!
Tenis. El opio del pueblo. Nadal ha ganado por novena vez, quinta consecutiva, el Roland Garros. Tenis sobre tierra batida. Tenis en el albero. Tenis sobre una superficie que es ladrillo en polvo, metáfora de la burbuja inmobiliaria. La tierra seca, sudor y arena. Las crónicas y las portadas no hacen justicia al tenista de Manacor. Grandes elogios y mala literatura. Sharapova, también vencedora en París, ha declarado que lo suyo tiene más mérito porque ella no nació, como Nadal, en la tierra. En Rusia el tenis debe ser sobre hielo. Aquí, en el solar ibérico, cuna de gladiadores y guerrilleros, la tierra es la arena del circo. Y Nadal no es un rey, Nadal es el Empecinado, Juan Martín Díez, caudillo de la legendaria partida guerrillera que cavó la tumba del francés.
La cadena vasca. Los batasunis han convertido un récord guinnes catalán en un deporte rural vasco. O puede que al revés, que los independentistas catalanes hayan inventado una nueva modalidad del levantamiento de piedras.
9 de junio, San Efrén de Siria.