La manifestación en protesta por el desalojo y derribo parcial del edificio ocupado de Can Vies, en el barrio de Sants, que ha recorrido este sábado el centro de Barcelona ha acabado con graves disturbios y un balance provisional de cuatro detenidos y un centenar de identificados.
Varias marchas procedentes de diferentes puntos de la ciudad han confluido a las 19:00 horas en la Plaza Universidad, reuniendo alrededor de 3.500 personas, según la Guardia Urbana, y 20.000, según los organizadores. Una hora más tarde, los manifestantes han avanzado por la Ronda de San Antonio y se han dirigido hacia Drassanes, donde han intentado acceder a las Ramblas.
Allí, un fuerte dispositivo de antidisturbios los Mossos d'Esquadra les ha impedido el paso y les ha instado continuar la marcha de forma paralela al mar, amenazándoles con utilizar gases lacrimógenos en caso de no retroceder. En ese momento, la manifestación se ha dividido en varios grupos, uno de los cuales se ha dirigido hacia la Rambla del Raval.
Este grupo -formado mayoritariamente por encapuchados- ha quemado varios contenedores y una estación de Bicing, ha destrozado todo tipo de mobiliario urbano, ha apedreado entidades bancarias, ha lanzado objetos a los agentes e incluso ha prendido fuego a un coche. La policía ha respondido con cargas, detenciones e identificaciones de los violentos. Estos disturbios han continuado hasta bien avanzada la noche.
Otro grupo ha conseguido llegar a la Plaza de San Jaime, sin que se hayan registrado incidentes, donde los asistentes han lanzado consignas contra el alcalde, Xavier Trias. Y un tercer grupo, de unas 300 personas, se ha dirigido hacia el barrio de Sants por la Gran Via, pero la policía les ha cortado el paso a la altura de la calle Rocafort, les ha rodeado y les ha identificado.
Una semana de violencia
Los violentos incidentes generados por grupos antisistema en solidaridad con los okupas desalojados de Can Vies -tras 17 años instalados en ella- se iniciaron el lunes pasado y se han repetido todas las noches de la semana, excepto el viernes, día en que Trias paralizó el derribo de la finca -propiedad de TMB- y les ofreció como alternativa un local municipal. Un ofrecimiento que fue rechazado.
En esta semana, los radicales han quemado decenas de contenedores, una unidad móvil de TV3 y una grúa, y han destrozado todo tipo de mobiliario urbano e incontables entidades bancarias y comercios. También han atacado una treintena de sedes de CDC, alguna de las cuales ha sido asaltada. Se han producido decenas de detenciones, pero solo una persona ha ingresado en prisión, eludible con una fianza de 10.000 euros.
Este sábado por la mañana, cientos de personas han iniciado la reconstrucción de Can Vies, respondiendo a un llamamiento realizado por los okupas, cuyo portavoz, Rubén Molina, que se presenta bajo el seudónimo Pau Guerra, está pendiente de sentencia tras ser juzgado por participar en el asedio al Parlamento autonómico de junio de 2011.