Radical marcha atrás de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA), que este lunes ha anunciado que detiene el polémico proceso de externalización de la gestión de la publicidad de TV3. La CCMA ha declarado desierto el concurso de adjudicación de esta gestión, al cual se habían presentado los grupos mediáticos Zeta y Godó. Este último sonaba como grande favorito, y los trabajadores incluso habían denunciadoque la concesión de la gestión de la publicidad de TV3 era un favor político del Gobierno autonómico.
Según ha explicado la propia CCMA en un comunicado, el Consejo de Gobierno del organismo ha aprobado este lunes declarar desierto el concurso, con el argumento de que las condiciones del mercado publicitario, que hasta ahora hacían aconsejable la externalització de la gestión de la publicidad de TV3, ya han cambiado, debido al inicio de la recuperación económica.
La CCMA recuerda que el julio de 2013 aprobó -con los votos de CiU, PP y PSC, que tienen mayoría en el Consejo de Gobierno del organismo- abrir el proceso de externalización, "en un escenario de bajada del mercado publicitario y de grave disminución de los ingresos por publicidad en la CCMA, que llegaron a reducirse un 60% los últimos años".
Razones económicas
El organismo explica que el objetivo de la externalización, en este contexto recesivo, era "obtener una ventaja competitiva por agregación de oferta comercial de canales propios y/o canales de terceros", para así aumentar el poder de negociación de la cadena. Pero que ahora "las razones que condujeron a la necesidad de encontrar nuevas fórmulas en la gestión comercial han cambiado".
Para la CCMA, el escenario ha cambiado básicamente por tres circunstancias. En primer lugar "hay una evolución positiva de los ingresos publicitarios de la CCMA el último trimestre de 2013 y el primer trimestre de 2014 que confirma los indicios de recuperación". Además, "los dos grupos hegemónicos", Mediaset y Atresmedia, han tenido que reducir recientemente el número de cadenas en antena, "con consecuencias sobre la fragmentación de la audiencia y la concentración comercial". Finalmente, el equilibrio parlamentario actual hizo que se derogara la prevista eliminación progresiva de la publicidad a Catalunya Ràdio, aprobada en la anterior legislatura por CiU y el PP.
"La realidad actual permite potenciar las sinergias que se puedan conseguir con la comercialización conjunta de la publicidad en Televisió de Catalunya, Catalunya Ràdio y los medios digitales de la CCMA sin ningún condicionante", concluye el análisis de la CCMA.
Posibles razones políticas
No obstante estas explicaciones estrictamente económicas, no parece descabellado apuntar algunas otras más políticas.
Por un lado, los trabajadores de TV3 habían denunciado repetidamente que la concesión de la gestión de la publicidad a un competidor como el Grupo Godó -era el gran favorito en el concurso- tenía como auténtico objetivo "debilitar a TV3 y favorecer a 8TV", la televisión del grupo de La Vanguardia, "como contrapartida por el apoyo dado a CiU" por los medios del grupo en los últimos años. Un apoyo que, últimamente dista mucho ser absoluto, después de que La Vanguardia haya hecho un claro giro que la aleja del rete independentista del presidente de la Generalidad, Artur Mas.
Por otro lado, no se tiene que olvidar que la CCMA ha vivido un duro conflicto laboral interno últimamente, con múltiples y repetidas jornadas de huelga y manifestaciones de los trabajadores de TV3 y Catalunya Ràdio, contra las anunciadas reducciones salariales. En este sentido, el paro a la externalización podría interpretarse como un gesto hacia los trabajadores, que se oponían rotundamente a ella.
Finalmente, no puede descartarse que la marcha atrás de una externalización polémica e impopular se deba a razones electoralistas, en plena campaña de las europeas y con unas posibles autonómicas avanzadas en el horizonte.
No obstante, y según ha podido saber CRÓNICA GLOBAL, habría aun otra explicación, más inmediata, al freno del proceso de externalización: los problemas legales de Publipress, la empresa de Godó que se encarga de gestionar la publicidad en los medios del grupo, derivados de la subrogación de los trabajadores, sin su consentimiento.