Mas ha entrado en la fase del "cómo" teatralizarà su fracaso y abandonará la política. Su actual obsesión es poder pasar por un héroe y un mártir, escondiendo el hecho capital consistente en que, por incapaz, sólo puede aspirar a conseguir la mitad del voto que logró cuando llegó al poder, me dicen miembros de la cúpula de CDC.

Esta pérdida de atractivo político es esencialmente debida a su pésima gestión, dicen estas fuentes. No es víctima de ninguna épica conspiración sino de la constatación de su incapacidad y, aún peor, ineptitud. Es incapaz de aprender nada.

Como un demagogo más

El dictamen es simple: Mas es un demagogo fallido que ha hundido su país, arrasado nuestro modesto Estado del bienestar, creado un clima de guerra civil y, desde su flagrante inconsistencia intelectual, ha creado un caos monumental. Juan D. Perón y Víctor R. Haya de la Torre fueron meros aprendices en esta tipificada maldad. Mas los supera.

La prueba señera consiste en que Mas continúa evitando mostrar las encuestas de expectativa de voto incluso a la ejecutiva de la federación de CiU. Las "cocinas" del Centro de Estudios de Opinión (CEO) de la propia Generalidad trabajan a todo gas. Pero disfrazar un gatito (o una ratita) enfermo de vigoroso león siempre ha sido difícil.

¿Dónde están las encuestas del CEO?

En los años finales de la Guerra Civil, lo poco que quedaba de la CNT y del POUM hacía pintadas contra el Gobierno Negrín preguntando "¿donde está Andreu Nin?". Ahora en que, en principio, tenemos libertad de prensa (y libertad de comprarla con subvenciones) nadie reclama: "Mas, ¿dónde están las tradicionales encuestas preelectorales del primer trimestre de este año?".

Que una parte afectada (la Generalidad) sea la autora y actora de unas encuestas tiene mucho de cínico. Lo explico a un amigo mío francés y no lo llega a entender, a pesar del estatismo galo. Allí sería impensable, y eso que en Francia se difunden centenares de encuestas políticas importantes al año, más que en ninguna parte. Todas son muy buenas y fiables. ¿Qué pasaría si los jacobinos extremos de la Plaza de San Jaime pudieran convertir a Cataluña en un Estado-nación, modelo del 1789?

Un montón de choques de tren

Ahora el CEO está dando vueltas a encuestas de las europeas, cuando los datos que tienen son respecto a unas autonómicas avanzadas, que ganaría ERC y en las cuales CiU recibiría un trastazo, como ya expuse.

Todas las fuentes están asustadas respecto a lo que puede ser capaz de hacer Mas para esconder lo que, incuestionablemente, es un fracaso político personal suyo. "No estamos cerca de un choque de trenes -me dice una de aquellas fuentes de CDC- sino de una retahíla de choques que serán desastrosos para Cataluña. El daño que causarán durará muchos años, quizás diez o más. O quizás nunca más el catalanismo político llegará al nivel de seriedad que tuvo, y no digo nada de la economía catalana o de la sanidad".

Las mismas fuentes no ven ninguna cosa grande ni ideológica en el desprestigio logrado por Mas dentro de su propio partido. Domina su miedo a perder el poder y, por lo tanto, las mil pequeñas prebendas que este comporta. Vaya, aquello de la sobrina en el consejo comarcal, la prima en el ayuntamiento y el hijo en TV3. Reconocen que no hay nada épico ni lírico. Pero si, en cambio, un deseo de pacificación cívica. Cuando Duran Lleida habla de que la consulta puede llegar a cansar, acierta. Pero tendría que dejar de lado el verbo poder, semánticamente condicional, por el presente puro y duro.

Son molinos, no gigantes

Otra fuente me cita, cosa rara en un nacionalista catalán, un conocido episodio de Don Quijote. Es el de los molinos, en que Sancho Panza dice "no son gigantes, señor, sino molinos". En efecto, Mas ha fracasado no por culpa de extrañas conspiraciones, ni por la acción de agentes secretos (delirio en el cual sobresale la vomitiva Pilar Rahola) sino víctima de su propio "malgoverno", como dicen los italianos.

Mas abusa más que nunca de una tiranía mediática que ha construido a pulso, deliberadamente, tirando dinero público que hace mucha falta en acciones no sectarias. Hace pocos días el panfleto histérico llamado El Punt Avui titulaba a plena portada que el Gobierno español impedía que la Generalidad tuviera una política de empleo. Todos los populismos y todos los totalitarismos han usado y usan irracionalidades patentes para hacer perder la cordura que les pueda quedar a los que precisamente ellos mismos han escogido como víctimas propiciatorias.

Ceremonias de la confusión

En una sociedad donde se han denunciado todas las "berlusconate" mediáticas de Silvio Berlusconi, no se ha publicado ni un solo libro -y seguramente ni un solo artículo- reproduciendo el inmenso cúmulo de sandeces mediáticas de Mas. Estas son el sostenimiento imprescindible de la insolente supervivencia política de un inútil, Artur Mas.

Cada día hay una ceremonia o una operación de la confusión. Eligen impunemente e ilícitamente de lo que se tiene que hablar, porque Mas no solamente es un Perón o un Haya de la Torre sino también el "Ciudadano Kane" de Orson Wells. No viene de un conflicto de intereses más o menos. La sensibilidad jurídica de Mas no es superior a la de Saint Just ni a la de cualquier otro desecho histórico.

Le caerá encima el principio de la realidad

En medio de tanta mentira y de tanto de humo mediático perverso e interesado hay un Mas que, por razones psicológicas preocupantes, se ha tomado por un profeta. Algunos dirían un iluminado. Cuando le caiga encima el principio de la realidad freudiano todavía tendrá una cara peor que la que ahora muestra, que ya es decir.

Como me dice una de las fuentes de CDC, "Mas se encontrará con el partido en contra sin saber como ha ocurrido". Encuentro que es una buena imagen. Le pasó a políticos infinitamente superiores a Mas, como Nikita Jrushchov y Margaret Thatcher, por citar solo dos nombres. Aquí la broma dura demasiado y costará más de lo que hoy podemos imaginar.