Joaquim Coll, historiador, impulsor de Federalistes d'Esquerres y colaborador de CRÓNICA GLOBAL, este viernes en El Periódico:
"[...] Si los soberanistas aceptaran que no va a ocurrir nada el 9 de noviembre porque nada pueden hacer sin cambiar antes la Constitución, el proceso moriría al cabo de un minuto. Su estrategia, por tanto, es muy clara: echar cada día leña al fuego, mediante encuestas sesgadas, como la última del CEO, o una programada cascada de gestos y declaraciones para que no decaiga la fiesta. El propósito es que ocurra algo que evite que el pleito entre en una vía muerta. Ahora bien, este tipo de juegos son peligrosos. Mas va a intentar por todos los medios firmar el decreto de convocatoria de la consulta, aunque sabe que luego los tribunales la pararán. Busca un gran gesto que le salve la legislatura, aún a riesgo de excitar a los sectores más radicales.
Y aquí es donde entra en juego el poderoso entramado asociativo secesionista. La hoja de ruta de la Assemblea Nacional Catalana está pensada para desencadenar el accidente insurreccional en caso de bloqueo. Su objetivo es proclamar la independencia el día de Sant Jordi del 2015, de una forma u otra. Su programa es un completo desvarío, pues se atribuye una representación que no tiene. Vivir en la ficción conduce a peligrosos autoengaños".